La delincuencia organizada es un fenómeno en constante evolución que afecta a todos los países. Los grupos delictivos organizados son los de tres o más personas, con cierto grado de estructura y que existen durante cierto tiempo con el objetivo de cometer al menos un delito grave (se enumeran a continuación algunos ejemplos de actividades que pueden constituir delito grave). Los grupos delictivos organizados también actúan concertadamente con el propósito general de obtener un beneficio económico u otro beneficio de orden material. Esos grupos basan muy a menudo el eje principal de sus ganancias en el suministro de bienes y servicios ilícitos por los que hay gran demanda del público. Figuran entre los ejemplos de actividades a las que pueden dedicarse los grupos delictivos organizados el tráfico de drogas, el tráfico de armas de fuego, la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes, los delitos contra la vida silvestre y los bosques, la falsificación de mercancías y de productos médicos o el tráfico de bienes culturales. Dado que las ganancias son el elemento central de la delincuencia organizada, estos grupos suelen hacer un gran esfuerzo por ocultar y proteger los beneficios que obtienen de las actividades ilegales, mediante la corrupción, el blanqueo de dinero, la extorsión y otras formas de infiltración en las empresas y el gobierno. Es común que los grupos delictivos organizados funcionen a través de las fronteras, y la variedad de esferas en las que pueden encontrarse significa que están más presentes en la sociedad de lo que normalmente puede pensarse.