Este módulo es un recurso para los catedráticos 

 

Causas de raíz

 

Las causas de raíz de la trata son numerosas, interconectadas y, a menudo, complejas. En términos generales, crean las circunstancias en las que la trata puede florecer. Los factores que aumentan la vulnerabilidad de las personas, que aumentan la demanda de personas víctimas de la trata, su trabajo y servicios, y que erosionan la capacidad de los Estados para prevenir y combatir la trata, son todos causa de raíz del delito (véase Gallagher, 2010, capítulo 8). En un sentido geográfico, pueden ser específicos de un país o región en particular, o comunes a los flujos de trata en general.

Algunas causas de raíz de la trata, como la pobreza y la falta de vías legales para la migración, se superponen con los impulsores de la migración irregular y el tráfico ilícito de migrantes (véase Módulo 5).

En este contexto, los migrantes son vulnerables a las promesas de los tratantes que les ofrecen trabajo o seguridad en el extranjero, y a la explotación durante el proceso mismo de migración irregular. Cuando las circunstancias conducen al desplazamiento de personas y las obligan a una migración irregular, esto las aleja de la protección de sus familias, comunidades o gobiernos, sometiéndolas a la desesperación y haciéndolas vulnerables a los tratantes. Los conflictos armados, la persecución y los desastres naturales pueden aumentar la incidencia de la trata de personas.

Otras causas fundamentales están ligadas a las características y circunstancias particulares de los individuos. Por ejemplo, la discriminación racial, étnica y de género puede privar a las personas de recursos y oportunidades, haciéndolas más susceptibles a la trata. La edad de los niños y el bajo nivel de voluntad también pueden hacerlos más vulnerables. Estos factores afectan a las personas en sus comunidades, así como durante y después de la migración.

La diversidad y complejidad de las causas de raíz significan que no es posible enumerarlas y explicarlas de manera exhaustiva en este módulo. Más bien, esta sección establece y describe brevemente siete causas comunes, que incluyen:

  1. Pobreza.
  2. Globalización.
  3. Leyes laborales y de inmigración restrictivas.
  4. Conflictos armados, opresión política, falta de estado de derecho y desastres naturales.
  5. Corrupción.
  6. Prácticas sociales y culturales perjudiciales.
  7. Demanda del consumidor y hábitos de compra.

Estos tópicos se discuten en los párrafos que siguen.

 

Pobreza

La pobreza y la vulnerabilidad económica son los principales contribuyentes a la trata de personas. La vulnerabilidad económica incluye el desempleo y la falta de acceso a la igualdad de oportunidades. Estas condiciones inducen a las personas a migrar en busca de mejores condiciones de vida. Los flujos de migrantes económicos que viajan a través de vías legales pueden proporcionar oportunidades para que los tratantes victimicen a los migrantes que, después de haber dejado la protección de sus comunidades, son vulnerables a la explotación (The Protection Project [El Proyecto de Protección], 2013). Por ejemplo, en un artículo de 2014, Bélanger describe cómo la trata puede infiltrarse en los flujos de migración temporal legal, y la explotación se manifiesta en el reclutamiento para trabajo en condiciones de servidumbre. En general, las personas más pobres y menos calificadas son más susceptibles a las falsas promesas de trabajo y pago de los tratantes, quienes pueden engañarlos y obligarlos a situaciones de trata (Wheaton, Schauer y Galli, 2010, pp. 121-122; Kara, 2011, p. 67-68).

Recuadro 1

Historia de supervivencia, Filipinas, Alma

Camino por las calles de la ciudad de Olongapo, donde mujeres con ropa escasa se paran fuera de los clubes de entretenimiento y hacen señas a los transeúntes para que pasen y disfruten de "un buen momento". Entro a uno de los "bares de videoke" y me encuentro en una especie de guarida con poca luz donde empresarios extranjeros y lugareños miran a mujeres ebrias girar en un escenario. Desde la barra, veo a un occidental comprar otra bebida a una joven filipina cuyo idioma no habla. Si el hombre quiere comprar a la mujer para tener sexo, le pagará al dueño del bar una tarifa llamada "multa de bar". Al mirar a esta joven, me pregunto cómo terminó aquí. Me pregunto si llevará a su cliente a una habitación trasera del bar o a su casa, corriendo el riesgo de despertar a algún niño que pueda tener. Me pregunto si alguna vez fue golpeada o violada por sus clientes. O si alguna vez tuvo que ponerse en contacto con una "hilot" (partera) que interrumpe los embarazos no deseados golpeando violentamente el estómago de una mujer hasta hacerla abortar. Cuando el cliente se levanta para ir al baño, me acerco a la chica, que parece sorprendida y un poco molesta de que me haya entrometido en su espacio personal. Sin inmutarme, le digo que trabajo para una organización llamada Buklod. "Reunimos a las mujeres para hablar de sus vidas y compartir ideas", digo. "Deberías venir a nuestra próxima reunión". Ella me mira con curiosidad y pregunta: "¿Tú qué sabes de mi vida?" (…)

En 1984, la ciudad de Olongapo era una próspera base militar de los Estados Unidos y mi nombre no era Alma sino "Nacarada". Era madre soltera de dos niños pequeños, que luchaba por mantener a mi familia trabajando de camarera los siete días de la semana. Los clubes siempre estaban ocupados cuando entraban los barcos militares.

Cuando era niña soñaba con ser contadora. Cuando mi hermano prometió ayudarme a pagar mi matrícula, salí de Manila hacia la ciudad de Olongapo, donde vivía. Sin embargo, una vez que llegué, admitió que no tenía intención de ayudarme a asistir a la universidad. En cambio, esperaba que "tuviera suerte" y me casara con un militar estadounidense para poder mantener a nuestra familia. Después de unos meses allí, me sentí frustrada por la falta de trabajo y finalmente acepté ser camarera cerca de la Base Naval de los Estados Unidos en Subic Bay. Mi hermano intentó obligarme a ir con los militares cuando solicitaban mi compañía, pero me negué.

Un día, un soldado le ofreció al gerente una "multa de bar" por mí. Me negué, diciendo que solo era una camarera. El gerente me dijo que si no iba, perdería mi trabajo. Me amenazó con retener mis documentos de transferencia, papeles que me liberaban de su empleo y me permitían trabajar en otro lugar. Tenía miedo de que mis hijos y yo terminaríamos sin hogar y con hambre, así que acepté de mala gana. El estadounidense quería alquilar una habitación de hotel, pero le dije que me diera el dinero que gastaría en una habitación y fuéramos a mi casa. Envié a mis hijos con mis padres porque no quería que vieran lo que estaba haciendo su madre. Traté de evitar hacerlo nuevamente, pero mi hija se enfermó y yo necesitaba dinero para sus gastos médicos.

Durante mis cuatro años en el club, tuve unos 30 "novios" estadounidenses. A principios de la década de 1980, no había programas de salud y nadie sabía cómo usar anticonceptivos. La población infantil 'asiático-americana' se disparó. Di a luz a mi tercer hijo sabiendo que nunca conocería a su padre. Por esa época, comenzamos a escuchar sobre el SIDA. Los estadounidenses hacían una fila para recibir condones antes de desembarcar. Sin embargo, algunos de ellos simplemente inflaban los condones como si fueran globos y los lanzaban. No podíamos exigirles a los clientes que usaran condón porque decían: "He pagado buen dinero" y se salían con la suya. (…)

En 1984, me hice amiga de una mujer estadounidense llamada Brenda Proudfoot, que estaba ayudando a las mujeres a escapar de la prostitución y la trata sexual. Ella me invitó a unirme a un grupo de apoyo donde conocí a otras personas en situaciones similares. Después de varias reuniones, supe que esa era mi oportunidad de salir finalmente del mundo infernal de la prostitución. En 1987, cofundé Buklodng Kababaihan y hablé con mujeres en los bares sobre nuestros servicios. Mi empleador se sintió frustrado con mis ausencias, pero me sentí tan empoderada que seguí hablando en contra de las injusticias en el trabajo. Ahora conocía mis derechos como mujer y ser humano y no quería comprometerme más. Mi empleador me despidió y me llamó "comunista". No pude encontrar otro trabajo porque retuvo mi permiso de transferencia, pero afortunadamente, Buklod me contrató como organizadora. El salario era bajo, pero aproveché la oportunidad. Estaba tan feliz de haberme librado de la prostitución.(…)

La comprensión de la sociedad frente a la trata de personas y la prostitución debe cambiar. En mi país, la gente cree que las prostitutas son delincuentes y los compradores son víctimas. Esto está mal. Cuando las mujeres no tienen las mismas oportunidades de empleo o educación, sus opciones son limitadas y se desesperan. Debido a que las mujeres son vistas a menudo como objetos sexuales desempoderados, son constantemente conducidas a la industria del sexo. A veces, yo también creía que solo existía para el placer de los hombres. Las mujeres filipinas a menudo son llamadas "maquinitas morenas para follar" por los militares. Una vez le pregunté a un cliente: "¿Por qué te gustan tanto las mujeres filipinas?" Él respondió: “Porque son baratas, mucho más baratas que las japonesas. Y además, puedes hacerles lo que quieras. Aquí las mujeres siempre están sonriendo. Fingen que les gusta."

Necesitamos cambiar este pensamiento y educar a las jóvenes sobre los abusos de la industria del sexo, para que sepan que tienen opciones. Las mujeres son seres humanos, no mercancías para comprar y vender. Al salir del bar de videoke, no estaba segura de si la joven asistiría a nuestra próxima reunión. Es una de las miles de prostitutas filipinas. La industria del sexo es una máquina enorme, y no es fácil detenerla. De una sobreviviente a otra, trato de comunicarles que entiendo sus miedos y su dolor. Intento decirles a mis hermanas que Buklod está tratando de crear un futuro diferente.

Igualdad ahora, Alma, Stories of Survivors, Trafficking Survivor Stories
 

Globalización

La globalización y el desmantelamiento de las barreras comerciales han facilitado el comercio entre las naciones. Si bien hay aspectos positivos en la globalización, también contribuye a la trata y la explotación de trabajadores vulnerables, particularmente cuando las corporaciones buscan fuentes de mano de obra baratas y menores costos de producción para satisfacer la demanda de bienes y productos baratos. Los países en desarrollo ofrecen estas fuentes de mano de obra barata y costos de producción más bajos, ya que sus ciudadanos a menudo carecen de educación y tienen pocas opciones, por lo que se ven orillados a aceptar trabajos mal pagados y condiciones laborales explotadoras (véase Bales, 2004). Además, la creciente facilidad del movimiento transnacional habilitado por la globalización también puede facilitar la trata. Como señala Kara (2011, p. 68), "los tratantes aprovechan el hecho de que el movimiento en el mundo globalizado es extremadamente difícil de interrumpir".

Recuadro 2

El vínculo entre globalización y trata

El proceso de globalización está especialmente pronunciado y arraigado en la economía mundial. Una economía mundial cada vez más integrada permite que prospere la trata de personas. Al igual que la antigua esclavitud, la trata de personas moderna es un negocio lucrativo que se ha vuelto más gratificante para los tratantes con el advenimiento de la globalización. De hecho, el comercio transatlántico de esclavos de hace siglos fue el epítome de la globalización económica. Tal como en aquel entonces, la trata de personas, por abominable que sea, sigue siendo una cuestión de oferta y demanda. Para corroborar esta cruda y desafortunada realidad económica, la OIT estima que las ganancias globales anuales generadas por la trata ascienden a alrededor de $32 mil millones de dólares (OIT 2008).

Polakoff sostiene que la globalización económica ha llevado a una forma de "apartheid global" y a la aparición correspondiente de un nuevo "cuarto mundo" poblado por millones de personas sin hogar, encarceladas, empobrecidas y socialmente excluidas (Polakoff 2007). Es este grupo de habitantes del "cuarto mundo" el que atrae a las víctimas de la trata de personas cada vez con más frecuencia. Desde esta perspectiva, la globalización económica es el principal causante de la facilitación de un número exorbitante de víctimas de trata vulnerables en todo el mundo. Más precisamente, según el informe de 2008 del Departamento de Estado de los Estados Unidos, entre 600,000 a 800,000 personas, en su mayoría mujeres y niños, han sido traficadas a través de las fronteras nacionales. En esta era de globalización, solo se puede esperar que estos números aumenten a medida que las desigualdades y las disparidades económicas entre los mundos en desarrollo y los desarrollados continúen bajo el ritmo actual.

La globalización fomenta la interdependencia entre los Estados para el comercio y facilita la transferencia de productos. La ventaja comparativa en bienes y mano de obra barata en los países en desarrollo ha desempeñado un papel importante en la objetivación y explotación de los seres humanos con fines económicos. En los Estados en desarrollo donde una vez predominaron los estilos de vida agrarios, los ciudadanos se quedan sin educación o sin las habilidades apropiadas para competir en una fuerza laboral en evolución. En gran medida, los países menos desarrollados del mundo se han convertido en fábricas y talleres para los países desarrollados. Una gran demanda de mano de obra barata por parte de las corporaciones multinacionales en los países desarrollados ha resultado en la trata y la explotación de trabajadores desesperados que, a su vez, están sujetos a toda una vida de condiciones esclavistas. (…)

El último ícono de la globalización, internet, también ha demostrado facilitar la trata de personas. Los tratantes ahora pueden, desde la comodidad de sus propias guaridas, atraer a las mujeres hacia la trata bajo la apariencia de anuncios de trabajo rutinarios en países extranjeros.

Devin Brewer, Globalization and Human Trafficking (2008), Compendio de investigación tópica: Derechos humanos y trata de personas
 

Migración restrictiva y leyes laborales

La migración restrictiva y las leyes laborales pueden contribuir a la trata creando obstáculos para la migración legal. Los migrantes empobrecidos y vulnerables que buscan cruzar las fronteras internacionales en busca de una vida mejor pueden intentar eludir tales restricciones migrando de manera irregular y contratando servicios de traficantes de migrantes, algunos de los cuales pueden llegar a ser tratantes (sobre estas dinámicas véase, por ejemplo, Koser, 2010).

En algunos casos, los Estados han intentado abordar este problema creando vías legales para que los migrantes vulnerables de los países vecinos aprovechen las oportunidades de empleo, particularmente si hay escasez de mano de obra (véase Long, 2015). Desafortunadamente, los requisitos de pasaporte e identificación, junto con los costos y las demoras en el procesamiento de las solicitudes de ingreso, a menudo inhiben la efectividad de tales enfoques. Tampoco hay ninguna garantía de que la entrada legal protegerá a los migrantes vulnerables de los tratantes una vez que crucen la frontera.

Del mismo modo, las leyes laborales restrictivas para los migrantes a menudo los vinculan a un empleador / patrocinador en particular. Si ese empleador resulta ser deshonesto o explotador, es posible que no esté permitido que el empleado cambie de empleador sin correr el riesgo de sanciones oficiales. Mientras tanto, las vías legales de reparación también pueden ser difíciles, largas y costosas en cuanto al acceso. Los empleadores sin escrúpulos se aprovechan de estas dificultades. El sistema Kafala, como sistema de control laboral, ha sido criticado en este contexto, como se ve en el Recuadro 3.

Recuadro 3

El sistema Kafala en Kuwait

En sus conclusiones preliminares en Kuwait en 2016, la Relatora Especial sobre la trata de personas señaló lo siguiente:

“El sistema Kafala, al vincular a cada trabajador con un empleador particular como patrocinador, crea una situación de vulnerabilidad que favorece las relaciones laborales abusivas y de explotación. Ocurre que las trabajadoras domésticas se ven privadas de sus documentos y de sus teléfonos móviles, se les impide comunicarse con sus familias y establecer relaciones sociales fuera de la familia para la que trabajan, se ven obligadas a cumplir largas horas de trabajo y eventualmente son maltratadas y golpeadas. En este contexto, cientos de ellas huyen de sus empleadores cada año... Para tener éxito en la lucha contra la trata, el gobierno de Kuwait también debería considerar tratar el contexto general de la migración y las regulaciones laborales que producen vulnerabilidades sociales. Esta es la razón por la cual el sistema Kafala debería ser abolido y reemplazado por una regulación diferente, permitiendo a los trabajadores migrantes disfrutar de una libertad sustancial en el mercado laboral. Además, de acuerdo con la ley de reciente creación que reconoce los derechos de las trabajadoras domésticas, el área de trabajo doméstico debe estar bajo la competencia del Ministerio de Trabajo y la Autoridad para la Mano de Obra, lo que implica el pleno reconocimiento de la igualdad de derechos en el caso de las trabajadoras domésticas”.

Relator Especial sobre la trata de personas, Preliminary findings on the visit to Kuwait
 

Conflicto, opresión y desastres naturales

Los conflictos, la opresión y los desastres naturales han desplazado una cantidad innumerable de personas que luego son vulnerables a la explotación por parte de tratantes y traficantes. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que había 25.4 millones de refugiados en el mundo en 2018, más de la mitad de los cuales eran menores de 18 años. En 2018, el ACNUR declaró que, además, hay 68.5 millones de personas desplazadas por la fuerza a nivel mundial, una cifra que aumenta a razón de una persona cada tres segundos. Tanto los solicitantes de asilo como los desplazados por la fuerza a menudo necesitan contratar los servicios de los traficantes de migrantes para abandonar sus países (Gallagher, 2015). Como se señaló anteriormente, los migrantes objeto de tráfico ilícito pueden convertirse en víctimas de los tratantes.

En las guerras civiles y los conflictos étnicos, los grupos oprimidos pueden sufrir un colapso total de la protección legal, aumentando su vulnerabilidad y, en ocasiones, alejándolos de su comunidad. El desplazamiento resultante conduce al aislamiento, creando así condiciones propicias para que los tratantes se aprovechen de sus víctimas (véase también UNODC, 2018). La Figura 1 enumera algunos factores que aumentan la vulnerabilidad a la trata de personas en situación de conflicto armado, y ejemplos de cómo los conflictos armados contribuyen a la trata.

Figura 1: Conflicto como causa raíz de la trata

Fuente: Informe Mundial sobre la Trata de Personas (2018) , UNODC.
 
Recuadro 4

Nexo entre la trata y el escenario de crisis (incluido el conflicto)

  • Es probable que las crisis tengan un impacto en la trata de personas no solo en las zonas directamente afectadas, sino también en las regiones que acogen a los migrantes, independientemente de su situación legal y la naturaleza de la crisis;
  • La erosión del estado de derecho y el colapso institucional, el desarrollo de actividades delictivas, la corrupción y la participación de funcionarios, la impunidad y una mayor dependencia de los mecanismos negativos de afrontamiento y las estrategias de supervivencia riesgosas, se observan en muchas crisis a gran escala y representan importantes factores de riesgo para la trata de personas;
  • Al comienzo de una crisis, las redes criminales existentes pueden desarticularse, pero también pueden adaptarse a la nueva situación, por ejemplo, atacando a nuevas víctimas, en nuevos lugares como los campamentos de refugiados y desplazados internos o las poblaciones locales que albergan un gran número de poblaciones móviles;
  • Los tratantes pueden intentar aprovechar las poblaciones que reciben asistencia humanitaria para aumentar sus actividades delictivas a través de oportunidades fraudulentas y, en última instancia, de explotación, de empleo o de migración subsiguiente;
  • Independientemente del tipo de crisis, los campos de refugiados y de desplazados internos son un caldo de cultivo de nuevas víctimas para los tratantes y otras redes criminales que buscan mano de obra barata o gratuita, servicios sexuales y otros servicios de explotación;
  • La falta general de oportunidades económicas y la creciente dependencia de los mecanismos negativos de respuesta pueden traducirse, en algunos casos, en una mayor vulnerabilidad a la trata de personas entre las poblaciones afectadas. Se puede abusar de las posiciones de vulnerabilidad, en tanto los tratantes se aprovechan de las desesperadas condiciones económicas y sociales de la población afectada;
  • Las prácticas tradicionales nocivas, como el matrimonio precoz, están aumentando durante situaciones de crisis y algunas pueden conducir a la trata;
  • La ausencia de protección o soluciones inmediatas aumenta la exposición a la trata, en particular en circunstancias prolongadas;
  • Los gobiernos débiles están menos equipados para responder a una crisis a gran escala, y cuando una crisis golpea, exacerbará profundamente la vulnerabilidad de las poblaciones afectadas;
  • Otros factores agravantes relacionados con la discriminación, ya sean de género, étnicos, raciales, religiosos, sociales, en las comunidades o a nivel nacional.
Organización Internacional para las Migraciones, Encarar La Trata y Explotación De Personas En Tiempos De Crisis (2015)
Recuadro 5

La guerra y los conflictos armados han sido ampliamente reconocidos como una fuerza impulsora de la trata

  • Informe Mundial sobre la Trata de Personas de UNODC de 2016: “Las personas que escapan de la guerra y la persecución son particularmente vulnerables a convertirse en víctimas de la trata. La urgencia de su situación podría llevarlas a tomar decisiones de migración peligrosas. El rápido aumento en el número de víctimas sirias de la trata de personas después del comienzo del conflicto en ese territorio, por ejemplo, parece ser una muestra de cómo se desarrollan estas vulnerabilidades".
  • El informe afirma además que “Los conflictos crean condiciones favorables para la trata de personas, pero no solo al generar una masa de personas vulnerables que escapan de la violencia. Los grupos armados se involucran en la trata de personas en los territorios en los que operan, y han reclutado a miles de niños con el fin de utilizarlos como combatientes en diversos conflictos pasados y actuales. Mientras que las mujeres y las niñas tienden a ser sometidas a trata para el matrimonio y la esclavitud sexual, los hombres y los niños suelen ser explotados en trabajos forzados en el sector minero, como vigilantes, soldados y esclavos".
  • La Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la trata de personas, especialmente mujeres y niños, aborda este vínculo entre la trata de personas y el conflicto en su informe del 3 de mayo de 2016 y señala que: "Las personas que huyen de un conflicto actual o anticipado, o de las secuelas de un conflicto, son vulnerables a la trata. La presión para moverse a menudo es urgente e intensa, lo que lleva a las personas a asumir riesgos que serían inaceptables en circunstancias normales". Además, “El desplazamiento forzado puede aumentar el riesgo de trata al debilitar o destruir las estructuras familiares, los lazos comunitarios y los mecanismos de autoprotección que de otro modo podrían servir como amortiguador contra la trata de personas. Debido a que las personas desplazadas internamente a menudo carecen de documentación y tienen acceso limitado a la educación, los recursos y las oportunidades de autosuficiencia, pueden ser particularmente vulnerables a los tratantes que parecen ofrecer un acceso al empleo y otras oportunidades que les salvan la vida". Es importante destacar que “La violencia relacionada con el conflicto, como la violencia sexual, puede ser en sí misma un motor de desplazamiento interno forzado, lo que a su vez aumenta la vulnerabilidad a una mayor explotación, incluso a través de la trata. Por ejemplo, la violencia sexual por parte de grupos armados ha forzado a las mujeres y niñas pertenecientes a minorías étnicas en áreas rurales remotas a alejarse de sus comunidades y las ha puesto en mayor riesgo de trata dentro del país y en el extranjero".
  • También señaló que "patrones atroces de trata, trabajo forzado y esclavitud eran una estrategia para los grupos terroristas, señalando que tales violaciones graves de los derechos humanos eran perpetradas sistemáticamente por grupos criminales o armados que aprovechaban la ruptura del estado de derecho para llevar a cabo el "negocio sucio" de la trata y volverse más poderosos y peligrosos. Las violaciones como la trata no solo eran consecuencia de un conflicto, sino también una causa (...).
  • Además, [la Agenda SC de la ONU sobre la trata de personas] debe abordarse junto con la agenda, la paz y la seguridad de las mujeres, y las seis violaciones graves contra los niños durante la agenda de conflictos armados. Expresando especial preocupación por la situación de los niños, dijo que fueron utilizados como niños soldados o esclavos sexuales durante el conflicto y se vieron desproporcionadamente afectados por el desplazamiento."
Cobertura de reuniones de las Naciones Unidas y comunicados de prensa, El Consejo de Seguridad reitera su condena de la trata de personas, aprobando por unanimidad la resolución 2388 (2017)
Recuadro 6

Historia de una sobreviviente, Uganda, Concy

Cuando las personas piensan en la trata sexual, a menudo piensan en la explotación sexual comercial donde los tratantes y proxenetas se benefician monetariamente de la explotación de los seres humanos. Sin embargo, según el Protocolo de Palermo, la definición internacionalmente acordada de trata de personas no requiere necesariamente un intercambio de dinero para producirse.

En Uganda, devastada por la guerra, se ha informado ampliamente sobre el secuestro de niños para convertirlos en niños soldados. Sin embargo, el destino de miles de niñas ugandesas, que fueron secuestradas y explotadas sexualmente, obligadas a convertirse en esclavas sexuales de rebeldes y soldados durante la guerra civil de Uganda, ha recibido menos atención. Ellas también son víctimas de la trata y sus voces también deben ser escuchadas. Cuando era niña, tenía una buena vida y me sentía feliz. Pasé muchas tardes jugando netball y bailando con mis amigos. La casa de mi familia estaba ubicada en Unyama, una aldea a las afueras de Gulu, en el norte de Uganda. Soy la menor de cuatro hijos, dos niños y dos niñas. Cuando era niña, ayudaba a buscar agua y cocinar para mi familia, pero también asistía a la escuela primaria. Mi padre nunca estaba en casa, así que mi madre y mi abuelo me criaron. Éramos una familia feliz que se amaba. Cuando tenía nueve años, mi vida cambió de repente.

En la noche del 22 de mayo de 2000, rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés) bajaron hasta nuestra casa. Mi madre y yo estábamos dormidas en nuestra cabaña cuando entraron y nos despertaron pateando la puerta. Cinco hombres nos capturaron de inmediato. Un hombre me sostuvo, me arrancó la blusa y me ató. Vi con horror cómo otro hombre golpeaba brutalmente a mi madre. Uno de los rebeldes trajo una gran bolsa de posho —harina de maíz— y me ordenó que la llevara. Ataron a mi abuelo y a otros en mi pueblo y nos obligaron a todos a caminar y caminar sin descanso a un destino desconocido. Después de unos días, los rebeldes permitieron que mi abuelo se fuera, pero ni siquiera pudo mirarme a los ojos para despedirse. Se alejó en silencio. Los rebeldes me dijeron que no tuviera miedo porque me llevarían de vuelta a casa, pero no les creí. Temí que me mataran. No me mataron, pero me obligaron a matar a otros. Fui entrenada para luchar y disparar un arma. Al principio, me negué, pero me golpearon y me amenazaron de muerte. Los rebeldes tomaron a algunos niños como ejemplo para advertirnos al resto de nosotros qué pasaría si desobedecíamos sus órdenes. Los niños fueron obligados a violar, y las niñas fueron violadas. Todas las chicas fueron divididas entre los luchadores masculinos como "esposas". Los líderes creían que los luchadores varones escaparían si no tenían "esposas" para satisfacer sus deseos sexuales.

Cuando tenía 10 años, me casé contra mi voluntad con un comandante de brigada. La primera vez que me obligó a tener relaciones sexuales sangré y lloré mucho. Tuve mucho dolor, pero mi "esposo" tenía una pistola a su lado y yo lo había visto usarla antes, así que intenté dejar de llorar. Todos los días me llamaba y me exigía sexo. Cada vez que intentaba resistir, él me golpeaba hasta el punto de la parálisis. A veces me sentía demasiado débil porque no teníamos comida ni agua, pero tenía que ir con él de todos modos. El Comandante de la Brigada tenía un total de 20 "esposas", algunas eran muy jóvenes, la mayoría tenía entre 12 y 18 años. Si los rebeldes atacaban una aldea y secuestraban a una hermosa niña, se veía obligada a casarse con el Comandante de la Brigada. Como yo también era una soldado que peleaba, era más respetada que algunas de las otras chicas que solo eran "esposas". Cuando mi "esposo" se iba, me quedaba con sus otras "esposas" y las mantenía en línea. Sabía que si alguna de ellas escapaba, me matarían.

Un año después de mi cautiverio, estalló una lucha, no muy lejos de donde estábamos retenidas, entre los miembros del LRA y los soldados del gobierno de Uganda. Decidí aprovechar la oportunidad para escapar, ya que prefería morir tratando de escapar que morir en la selva como esclava sexual. Otras dos chicas corrieron conmigo y logramos llegar al cuartel donde se alojaban los soldados del gobierno. Cuando llegamos, los guardias tomaron nuestras armas y nos dieron ropa y comida. Después de un tiempo, nos llevaron de regreso a nuestros pueblos. Cuando regresé a casa, mi madre me aceptó a pesar de mi pasado. Sin embargo, mis vecinos y la comunidad me tenían miedo y me rechazaban; sabían que me había visto obligada a cometer actos de violencia indescriptibles. La vida era difícil incluso en casa. Sufrí de insomnio extremo, perseguida por los recuerdos de los rebeldes. Todavía respiraba, pero de alguna manera no me sentía viva realmente. Mi mente seguía reproduciendo el pasado.

Intenté regresar a la escuela cuando tenía 12 años, pero no pude concentrarme en lo que decían mis maestros. Encontré a otras personas que habían sufrido como yo, pero aun así me sentía muy sola. Un día, cuando tenía 15 años, iba camino a casa desde la escuela cuando un hombre de alrededor de 19 años se me acercó y me llevó a la fuerza hasta su choza en el bosque. Traté de luchar contra él, pero era demasiado fuerte. No había nadie alrededor que me ayudara o escuchara mis gritos. Cuando volví a casa, mi madre me persiguió, diciéndome que regresara con el hombre ya que ahora era mi esposo. No quería volver con él; yo quería ir a la escuela. Sin embargo, no tenía a dónde ir, así que regresé a él y pronto quedé embarazada de mi hija. Mi familia me aceptó nuevamente ya que vivía con el hombre como su esposa. Pasé un año con mi nuevo "esposo", pero él bebía demasiado alcohol. Nos peleábamos, y él me golpeaba sin razón alguna. Después de una paliza particularmente cruel, tomé a mi hija y hui a la casa de mi madre. Me quedé ahí por seis meses y entonces oí hablar de ChildVoice International. Desde entonces mi vida ha cambiado. Soy muy diferente ahora. Fui a ChildVoice sin hablar una palabra de inglés. Durante el tiempo que estuve allí, aprendí inglés y habilidades como catering, repostería y sastrería. También encontré consuelo en mi creciente relación con Dios.

Después de dejar ChildVoice, encontré trabajo en una panadería en Pece y conocí a mi esposo actual. A diferencia de mi primer esposo, él es bueno conmigo y me trata como a un igual. Por primera vez en mi vida, tengo esperanza en el futuro y en el futuro de mis hijos. Hoy, creo que puedo hacer muchas cosas buenas si encuentro la manera. Estoy mucho más feliz ahora e incluso puedo reír a veces. La mayoría de los días, puedo hablar sobre el pasado sin sentir miedo y vergüenza. Mi pasado ya no me impide vivir mi futuro. Quiero que la gente sepa lo que sucedió aquí en el norte de Uganda. A pesar de que la lucha ha cesado, los hombres continúan abusando de las mujeres. Quienes han escapado de la selva deberían poder regresar a la escuela y aprender algunas habilidades, para poder tener un futuro. En mi país, no brindamos suficiente apoyo a los niños soldados. Ahora mismo, solo hay unas cuantas organizaciones para ayudarnos. Muchos de nosotros sobrevivimos al conflicto, pero no podemos hacer nada más que llorar por nuestro pasado, ya que no tenemos familia, comida, dinero ni habilidades. El gobierno debe brindar más apoyo a las ex "esposas" infantiles de los rebeldes del LRA.

Igualdad ahora, Concy, Stories of Survivors, Trafficking Survivor Stories
 

Corrupción

La corrupción facilita la trata de personas de muchas maneras. Ayuda asistiendo a los tratantes a transportar y explotar a las víctimas. También niega los intentos de investigar y enjuiciar a los tratantes, que pueden actuar con impunidad debido a la complicidad o inacción de los funcionarios públicos. Por ejemplo, un oficial de control fronterizo puede hacer la vista gorda a las personas sin documentos legales que crucen la frontera acompañados por su tratante. Los informes indican que algunos funcionarios aceptan o extorsionan con sobornos o servicios sexuales, falsifican documentos de identidad, disuaden a las víctimas de trata de denunciar sus delitos, las devuelven a sus tratantes o toleran la prostitución infantil y otras actividades de trata en sitios de sexo comercial (The Protection Project, 2013). Un estudio realizado por Studnicka (2010) encontró que la trata puede estar estrechamente vinculada e incluso depender de los niveles de corrupción oficial. Cuando la corrupción disminuye y las instituciones públicas se fortalecen, la incidencia de la trata también puede disminuir (pág. 40).

La corrupción priva a las víctimas de la protección que normalmente esperarían recibir si la ley se aplicara y los funcionarios cumplieran con sus obligaciones. En consecuencia, los tratantes operan con impunidad sabiendo que el riesgo de ser arrestados, procesados y condenados es menor. La corrupción sistémica generalizada brinda oportunidades para que los tratantes operen con facilidad a través de las fronteras internacionales y evadan el enjuiciamiento.

En 2011, UNODC publicó un documento temático titulado El Papel de la Corrupción en la Trata de Personas, que proporciona un análisis útil de este tema. Se puede encontrar más información sobre la corrupción en los catorce módulos de la serie universitaria sobre la lucha contra la corrupción.

 

Prácticas sociales, religiosas y culturales perjudiciales

Algunas prácticas sociales, religiosas y culturales hacen que las personas sean vulnerables a los tratantes. Las prácticas sociales perjudiciales incluyen la exclusión social y la marginación. La primera se relaciona con la falta de acceso a los derechos sociales y evita que los grupos reciban los beneficios y la protección a los que todos los ciudadanos deberían tener derecho. Esto último incluye discriminación en educación, empleo, acceso a servicios legales y médicos, información y bienestar social. Se deriva de factores complejos, como el género, el origen étnico y el bajo estatus social de ciertos grupos. La exclusión social es especialmente relevante en el contexto de la prevención con el fin de no caer nuevamente en la victimización y la trata. Las víctimas de la trata comúnmente enfrentan barreras insuperables para reconstruir sus vidas cuando regresan a sus comunidades, incluidas actitudes negativas, condenas y prejuicios dentro de esas comunidades (véase, por ejemplo, el estudio de McCarthy, 2018).

En muchas comunidades, las normas religiosas y culturales pueden afectar el tratamiento de las mujeres y las niñas que, debido a la discriminación basada en el género, pueden ser más vulnerables a la trata (véase, por ejemplo, Chuang 1998, págs. 68-73). Por ejemplo, ciertas prácticas culturales, como los matrimonios concertados, precoces o forzados, pero también los matrimonios temporales, matrimonios por catálogo o novias por correo (cuando existe una falta de consentimiento y, por lo tanto, un elemento de explotación) pueden sumar o contribuir, a la trata de personas (véase Módulo 13).

 

Demanda del consumidor y hábitos de compra

Muchos consumidores demandan bienes y servicios baratos. Las corporaciones satisfacen esa demanda al obtener bienes y servicios de las naciones más pobres, a menudo utilizando mano de obra explotada. Los ejemplos incluyen ropa y productos electrónicos, mariscos, café, arroz y narcóticos. Los intentos de modificar las actitudes de los consumidores y los hábitos de gasto han tenido un éxito limitado. En última instancia, los consumidores no están dispuestos a pagar precios más altos por productos provenientes de una cadena de suministro libre de trata. A esto se suma la demanda por parte de los países más ricos de órganos para operaciones de trasplante, material pornográfico que implique explotación sexual infantil, servicios sexuales comerciales baratos y entretenimiento relacionado con el turismo sexual.

UNICEF USA, en su sitio web para la Campaña contra la Trata, pregunta ¿Qué es lo que alimenta la trata de personas? y declara que "la alta demanda impulsa el alto volumen de oferta. El aumento de la demanda por parte de los consumidores de bienes baratos incentiva a las corporaciones a exigir mano de obra barata, a menudo obligando a los que están en la parte inferior de la cadena de suministro a explotar a los trabajadores. En segundo lugar, el aumento de la demanda de sexo comercial, especialmente con niñas y niños, incentiva los lugares de sexo comercial, incluidos los clubes de striptease, la pornografía y la prostitución para reclutar y explotar niños".

 
Siguiente: Estrategias de prevención efectivas: Estrategias del lado de la oferta - preocupaciones y deficiencias
Volver al inicio