Publicado marzo de 2019
Perspectiva Regional: África Oriental y Meridional - añadido en abril de 2020
Este módulo es un recurso para los catedráticos
Marcos teóricos sobre las vinculaciones entre la delincuencia organizada y el terrorismo
Algunos académicos interesados en explicar cómo y en qué medida los grupos de delincuencia organizada y los terroristas o grupos terroristas interactúan articulan las vinculaciones que existen entre estos. La siguiente sección describe una serie de modelos teóricos que han sido desarrollados por académicos en este campo y que son aplicables al estudio de las vinculaciones entre la delincuencia organizada y el terrorismo. Se debe tener en cuenta que estos son solo algunos de los modelos teóricos propuestos por académicos; otros modelos, como los desarrollados por Hutchinson y O’Malley (2007) y Ballina (2011), también son merecedores de consideración, pues brindan un marco teórico integral sobre las vinculaciones entre ambos fenómenos.
Williams desarrolló uno de los primeros trabajos sobre la teoría del nexo entre delincuencia y terror e identificó tres modelos hipotéticos distintos sobre la interacción entre la delincuencia y el terrorismo (Williams, 1998). El primero de estos modelos es la tesis de la «convergencia», que se refiere a la amalgama de la delincuencia organizada y el terrorismo en un solo fenómeno. Esto se puede ilustrar, por ejemplo, con los grupos terroristas que se involucran en robos de bancos u otras actividades delictivas para financiar sus operaciones, y por los grupos terroristas que se empiezan a vincular estrechamente con el tráfico de drogas, y en algunos casos están involucrados por completo.
El segundo modelo es la tesis del «nexo entre la delincuencia organizada y el terrorismo», que se refiere a la colusión cooperativa entre la delincuencia organizada y el terrorismo. Williams sugiere que esto se puede ilustrar con los intercambios de armas por drogas, los pagos de contribuciones e impuestos a grupos terroristas por parte de grupos de delincuencia organizada para transportar contrabando a través de su territorio.
El tercer tipo de interacción propuesto por Williams es la «transformación», que se refiere a la mutación o migración de las actividades delictivas al terrorismo político o viceversa. Esto incluye situaciones en las cuales los grupos terroristas disminuyen sus actividades terroristas e incrementan sus actividades delictivas o una organización delincuencial comienza a politizarse y altera de manera radical el foco de sus actividades. Por ejemplo, esta última instancia se puede observar en la conducta de algunos grupos de delincuencia organizada que activamente se centran y asesinan a candidatos políticos y miembros de Gobiernos locales y nacionales.
Makarenko ha identificado cuatro tipos de relaciones a través de una «continuo delincuencia-terror» (Makarenko, 2004). Según Makarenko, un continuo «ilustra el hecho de que un solo grupo pueda variar libremente —entre lo que tradicionalmente se conoce como delincuencia organizada y terrorismo— dependiendo del entorno en el que opere» (Makarenko, 2004). El primer tipo de relación, alianza, ocurre cuando un grupo delictivo forma alianzas con organizaciones terroristas y viceversa. Estas relaciones pueden suceder una sola vez o pueden durar por periodos de largo o corto plazo, dependiendo de las razones por las cuales se formó la alianza, como el intercambio de conocimiento experto (lavado de dinero, fabricación de explosivos, etc.) o a manera de apoyo operacional (acceso a rutas de tráfico, transporte de contrabando de drogas/armas/personas, etc.).
La segunda relación señalada por Makarenko es aquella que se establece por motivaciones operacionales, que son los esfuerzos por parte de los grupos delictivos o terroristas para adquirir tácticas el uno del otro y así mejorar su propia seguridad y operaciones. Makarenko plantea que el uso delictivo de tácticas terroristas se puede rastrear en la historia de la delincuencia organizada, pero el uso de actividades delictivas por parte de terroristas es un desarrollo relativamente reciente. Los grupos delictivos se involucran cada vez más en actividades políticas con el fin de alterar sus condiciones operacionales, en especial en Estados frágiles y, de manera simultánea, los grupos terroristas intensifican sus actividades delictivas como una forma de compensar el apoyo económico que han perdido de los patrocinadores del Estado. La tercera relación, convergencia, conlleva la transformación y combinación de tácticas y motivaciones para que «las organizaciones delictivas y terroristas puedan converger en una sola entidad que represente en un inicio las características de ambos grupos de manera simultánea, pero tiene el potencial de transformarse en una entidad situada en el extremo contrario del continuo del que comenzó» (Makarenko, 2004).
Por último, Makarenko define el cuarto tipo de relación en el continuo delincuencia-terror como agujero negro, que ocurre «en situaciones en las que los Estados débiles o fallidos fomentan la convergencia entre la delincuencia organizada transnacional y el terrorismo y, por último, crean un refugio seguro para las operaciones continuas de grupos convergentes» (Makarenki, 2004). Esta relación «más extrema» en el continuo surge cuando los grupos involucrados en una guerra civil cambian su motivación política a una delictiva, al igual que cuando un grupo híbrido (cuyas actividades políticas y delictivas están estrechamente relacionadas) asume el control de un Estado que posteriormente se convertirá en un Estado «agujero negro».
Las relaciones articuladas en el continuo delincuencia-terror de Makarenko revelan una naturaleza fluida entre los grupos delictivos y el terrorismo y sus actividades, así como también resalta la naturaleza voluble de las interacciones entre los grupos de delincuencia organizada y los grupos terroristas, lo cual dificulta especialmente la aplicación de la ley y las respuestas de lucha contra el terrorismo para contrarrestar el nexo entre la delincuencia y el terror.
Shelley y otros presentan otro modelo para examinar las vinculaciones entre la delincuencia y el terrorismo (el espectro de interacción terrorismo-delincuencia), e identifican cinco tipos de interacciones: apropiación de la actividad, nexo, relación simbiótica, híbrida y transformación. De manera similar a lo propuesto por Makarenko, Shelley otros sostienen que el movimiento en el espectro es posible; los grupos pueden avanzar, retroceder, saltarse pasos o mantener una forma de interacción consistente (Shelley et al., 2005). La apropiación de la actividad sucede cuando las organizaciones terroristas y los grupos de delincuencia organizada adoptan los métodos del otro sin haber colaborado o trabajado juntos. Esta interacción no representa una vinculación firme entre los grupos, pero sí resalta la manera en la que los métodos pueden emplearse en los grupos con relativa facilidad. En algunos casos, los grupos podrían proceder a establecer una interacción de nexo, donde los grupos terroristas contactan con regularidad a los grupos delictivos para satisfacer una necesidad, como la adquisición de documentos falsificados o el lavado de dinero. Un grupo terrorista puede no involucrarse en una interacción de nexo debido a que no encuentra un grupo delictivo que esté dispuesto a mantener negocios con él o a que el grupo terrorista no ve ningún beneficio en trabajar con personas externas a su grupo. En este caso, el grupo terrorista puede involucrarse en la transformación e involucrarse por completo en actividades delictivas; eventualmente, las ganancias eclipsarán los antiguos objetivos y métodos terroristas. La interacción de nexo es esencial para el desarrollo de una relación simbiótica entre grupos de delincuencia organizada y grupos terroristas. En efecto, Shelley y otros sostienen que una interacción de nexo a largo plazo resultará en una relación más profunda para formar una interacción de relación simbiótica: una relación de beneficio mutuo o dependencia. Por último, una interacción híbrida resulta cuando «dos grupos continúan cooperando por un periodo largo y los miembros del grupo de delincuencia organizada comienzan a compartir los objetivos ideológicos de los terroristas [...] creciendo cada vez más de manera similar y, finalmente, fusionándose». Una organización híbrida se involucra en actividades delictivas y también tiene una agenda política. Shelley y otros afirman que, una vez que dos grupos logran una interacción híbrida, no hay razón para asumir que ocurrirá una transformación. Asimismo, la apropiación de actividades no implica, de ningún modo, una futura cooperación entre los grupos. Al notar estos escenarios de constante cambio, el estudio de Shelley y otros busca identificar y examinar un escenario político, económico y social para estudiar las interacciones específicas entre la delincuencia y el terrorismo, a fin de establecer «puntos de vigilancia» donde las interacciones pueden ocurrir.
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