El Informe mundial sobre los delitos contra la vida silvestre y los bosques 2024 presentado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) destaca que —a pesar de las señales positivas en la reducción de los impactos del tráfico de algunas especies emblemáticas, como los elefantes y los rinocerontes—, en general, el tráfico de vida silvestre no se ha reducido de manera sustancial en dos décadas. Se requiere una aplicación más consistente para abordar tanto la oferta como la demanda, una implementación efectiva de la legislación, incluidas las leyes anticorrupción, así como un seguimiento y una investigación más sólidos.
“Los delitos contra la vida silvestre infligen un daño incalculable a la naturaleza y también ponen en peligro los medios de subsistencia, la salud pública, la buena gobernanza y la capacidad de nuestro planeta para luchar contra el cambio climático”, afirmó la Directora Ejecutiva de UNODC, la Sra. Ghada Waly. “Para enfrentar este delito, debemos ir a la par de la adaptabilidad y agilidad del comercio ilegal de vida silvestre. Esto exige intervenciones consistentes y específicas tanto para la demanda como para la oferta de la cadena de tráfico de vida silvestre, esfuerzos para reducir los incentivos y las ganancias delictivas, y una mayor inversión en datos, análisis y capacidades de monitoreo”.
Esta tercera edición del Informe mundial sobre los delitos contra la vida silvestre y los bosques explora las tendencias, los daños, los impactos y los factores que impulsan el tráfico de especies silvestres protegidas. Asimismo, evalúa la eficacia de las intervenciones para combatir el comercio ilícito y proporciona recomendaciones de políticas en la materia.
El alcance y la magnitud mundiales de los delitos contra la vida silvestre siguen siendo sustanciales, según el Informe, y las incautaciones realizadas entre 2015 y 2021 indicaron un comercio ilegal en 162 países y territorios que afectaron a alrededor de 4,000 especies de flora y fauna. Aproximadamente 3,250 de estas especies figuran en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, algunas de las especies más afectadas —como orquídeas raras, suculentas, reptiles, peces, aves y mamíferos— reciben poca atención pública, aunque el tráfico de vida silvestre parece haber desempeñado un papel importante en su extinción local o mundial.
Más allá de la amenaza directa que representa el tráfico de vida silvestre para la población de especies, el delito también puede alterar los ecosistemas delicados, así como sus funciones y procesos, incluida su capacidad para ayudar a estabilizar el clima y mitigar el cambio climático.
Los delitos contra la vida silvestre también amenazan los beneficios socioeconómicos que las personas obtienen de la naturaleza, incluso como fuente de ingresos, empleo, alimentación, medicina, cultura, entre otros. Además, corroe la buena gobernanza y el Estado de Derecho mediante la corrupción, el lavado de dinero y los flujos financieros ilícitos.
Los delitos contra la vida silvestre están interconectados con las actividades de grupos grandes y poderosos de la delincuencia organizada que operan en algunos de los ecosistemas más frágiles y diversos del mundo, desde la Amazonía hasta el Triángulo Dorado.
El Informe señala que los grupos de delincuencia organizada transnacional desempeñan diversas funciones a lo largo de la cadena de comercio, entre ellas, la exportación, la importación, la intermediación, el almacenamiento, el mantenimiento y la reproducción de especímenes vivos o el manejo de la interfaz con los procesadores. Los traficantes aprovechan las incoherencias y deficiencias en la regulación y la aplicación de la ley, adaptando sus métodos y rutas continuamente para evadir la detección y la acción penal.
La corrupción desempeña un papel clave en el debilitamiento de la regulación y las medidas de aplicación de la ley contra el comercio ilícito de especies silvestres, aunque los casos de delitos contra la vida silvestre rara vez se procesan como delitos de corrupción. El Informe argumenta que se podría prestar más atención a perseguir a los traficantes de especies silvestres en virtud de las leyes anticorrupción que a menudo ofrecen mayores facultades de investigación y sanciones más elevadas que las previstas en la legislación ambiental.
Los análisis recientes de dos especies emblemáticas, los elefantes y los rinocerontes, demuestran que una combinación de esfuerzos entre la demanda y la oferta —junto con una atención política de alto perfil, restricciones más estrictas del mercado y la persecución de los traficantes de alto nivel por parte de las fuerzas del orden— han dado resultados positivos. En la última década, la caza furtiva, los niveles de incautación y los precios de mercado han disminuido considerablemente para los productos básicos de ambas especies.
No obstante, para mantener y ampliar estos avances, el Informe argumenta que se debe mejorar la calidad y la cobertura de los datos sobre incautaciones de vida silvestre, tanto desde el punto de vista geográfico como de las especies involucradas. Se necesitan más y mejores inversiones para crear capacidad analítica y de datos a nivel nacional e internacional.
Mientras tanto, la inversión continua en el monitoreo y análisis de las tendencias emergentes en los mercados ilegales de vida silvestre y de las actividades delictivas conexas es decisiva para adaptar y mejorar las respuestas al tráfico de vida silvestre.
El Informe mundial sobre los delitos contra la vida silvestre y los bosques 2024 está disponible aquí (EN).Brian Hansford