Viena, Austria, 07 de enero de 2019 - Los grupos armados están utilizando a la trata de personas como una estrategia para financiar sus actividades o incrementar su fuerza laboral en los conflictos armados alrededor del mundo, de acuerdo con el informe presentado el día de hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El reclutamiento de niñas y niños para su utilización como soldados ha sido documentado extensivamente en conflictos en África Central y el Medio Oriente, entre otras regiones, de acuerdo con el Informe Global sobre Trata de Personas. Dichos grupos también se dedican a la trata de personas adultas y de niños para explotarlos en actividades de minería y otras industrias de extracción, así como para infundir miedo para controlar a la población local.
Las mujeres y las niñas son utilizadas como "esclavas sexuales" para incrementar las tasas de reclutamiento y recompensar a los soldados. Esa fue la historia de Nadia Murad, Embajadora de Buena Voluntad de UNODC para la Dignidad de los Sobrevivientes de Trata de Personas y ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2019 quien fue vendida y explotada sexualmente -junto con miles de otras niñas y mujeres de la comunidad Yazidí- después de que el Estado Islámico se apoderara de su comunidad en Irak cuando ella tenía 19 años.
"Nadia Murad es la primera víctima de trata de personas que es nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la ONU y, al compartir su experiencia de esclavitud a manos de los terroristas del Estado Islámico, se ha convertido en una voz referente para exponer este crimen aborrecible," mencionó el Director Ejecutivo de UNODC Yury Fedotov. "Convoco a la comunidad internacional a escuchar el llamado de justica de Nadia y espero que este informe contribuya a dichos esfuerzos."
En las zonas de conflicto, la trata de personas es perpetrada no sólo por los grupos armados, también por otros criminales quienes huyen del peligro y la persecución. Las poblaciones que sufren desplazamiento forzado se encuentran en la mira de los delincuentes, incluyendo los asentamientos de refugiados sirios, iraquís y afganos, por mencionar algunos. El informe resalta que las circunstancias generadas, o exacerbadas, por los conflictos armados, tales como el desplazamiento, el débil estado de derecho, las adversidades socio-económicas, la fragmentación social y la ruptura de las familias, incrementan la vulnerabilidad de las personas frente a la trata de personas.
El informe también muestra que el 70 por ciento de las víctimas de trata de personas detectadas en todo el mundo pertenecen al género femenino. Una cifra cercana a la mitad son mujeres, mientas que las niñas representan un quinto de todas las víctimas a nivel mundial y este número continúa aumentando.
La explotación sexual continúa siendo el principal fin de la trata de personas, representando el 59 por ciento, mientras que los trabajos forzados equivalen al 34 por ciento de los casos detectados.
Para las niñas y los niños se detectó un patrón diferente. Mientras que los niños son mayormente víctimas de trata de personas con fines de trabajos forzados (50 por ciento), muchos son también víctimas de explotación sexual (27 por ciento) y otras formas de explotación como mendicidad forzada, niños soldados, y actividades criminales forzadas. Las niñas fueron víctimas de explotación sexual en 72 por ciento de las ocasiones, y de trabajos forzados en 21 por ciento de los casos detectados.
A nivel mundial, los países están incrementando las víctimas identificadas y reportadas, al mismo tiempo que se han aumentado la cantidad de sentencias para los tratantes. El número de víctimas alcanzó su nivel más alto en 2016 cuando se detectaron más de 24,000; mientras que el continente Americano y algunas partes de Asia reportan los números más elevados de víctimas detectadas.
También, el informe señala que el porcentaje de víctimas domésticas identificadas -personas victimizadas dentro de su propio país- se ha duplicado de 27 por ciento en 2010, a 58 por ciento en 2016. La mayoría de las víctimas que son detectadas en regiones que no son las de su país de origen, provienen de Asia del Este o el África Subsahariana. Esa situación puede estar relacionada con los altos niveles de impunidad en estas regiones, que son con frecuencia zonas de origen de víctimas.
Los países con mayor riqueza son más proclives a ser zonas de destino de víctimas que son reclutadas en países de origen distantes, de ahí que es necesario incrementar las respuestas desde la cooperación internacional.
"Aun cuando estamos lejos de terminar con la impunidad, los esfuerzos internacionales y nacionales para implementar de manera efectiva el Protocolo contra la Trata de Personas sí han marcado una diferencia. En los últimos 10 años, el número de países que no contaban con ninguna sentencia se redujo del 15 al 9 por ciento, y algunos países registraron sus primeras sentencias en el periodo 2014 a 2016," mencionó el señor Fedotov. "Este informe muestra que necesitamos perfeccionar la asistencia técnica y fortalecer la cooperación para apoyar a todos los países en la protección de las víctimas y el castigo a los delincuentes llevándolos ante la justicia, así como cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible."
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Este informe, producido por UNODC cada dos años, refuerza el vínculo entre el combate a la trata de personas y el logro de la Agenda de Desarrollo Sostenible de la ONU. El Informe Global sobre Trata de Personas 2018 es presentado tan sólo unas semanas después de la adopción del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular, instrumento que ratifica el marco legal internacional existente y resalta la importancia clave del Protocolo de la ONU contra la Trata de Personas.
Informe Global sobre Trata de Personas 2018
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