26 de junio de 2018 - El uso de fármacos sin prescripción médica se está convirtiendo en una gran amenaza para la salud pública y para la aplicación de la ley en todo el mundo. Los opiáceos causan el mayor daño y representan el 76 % de las muertes asociadas a consumo de sustancias psicoactivas, según el último Informe Mundial de Drogas publicado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El fentanilo y sus análogos siguen representando una alerta en América del Norte, mientras que el tramadol -un opioide utilizado para tratar dolores moderados y severos- se ha convertido en una preocupación en zonas de África y Asia. El acceso al fentanilo y al tramadol para usos médicos es vital para el tratamiento del dolor, pero los traficantes los fabrican ilícitamente y los ofrecen en el mercado negro, causando daños considerables a la salud.
La incautación mundial de opiáceos farmacéuticos en 2016 fue de 87 toneladas, aproximadamente la misma cantidad de heroína confiscada ese año. La incautación de opiáceos farmacéuticos -principalmente de tramadol- en África Occidental, Central y del Norte representaron el 87 % del total global en 2016. Los países de Asia, que anteriormente representaban más de la mitad de las incautaciones mundiales, reportaron solo el 7 %.
La producción mundial de cocaína alcanzó en 2016 el nivel más alto jamás reportado, con un estimado de 1,410 toneladas. La mayor parte de la producción proviene de Colombia. El informe también señala que África y Asia están emergiendo como centros de tráfico y consumo de cocaína.
De 2016 a 2017, la producción global de opiáceos aumentó en un 65 % alcanzando las 10,500 toneladas, la estimación más alta registrada por UNODC desde que comenzó a monitorear la producción mundial de opio a principios del siglo XXI. Un marcado incremento en el cultivo de amapola y la mejora gradual de los rendimientos en Afganistán dio lugar a que allí la producción de opio el año pasado alcanzara las 9,000 toneladas.
El Director Ejecutivo de UNODC, Yury Fedotov, señaló que los hallazgos del Informe Mundial de Drogas 2018, donde se evidencia que los mercados de sustancias psicoactivas se están expandiendo con la producción de cocaína y opio alcanzando niveles récord, presentan múltiples desafíos en varios frentes. "UNODC se compromete a trabajar con los países para buscar soluciones equilibradas e integrales a los desafíos de las drogas y para avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", expresó.
"El Informe Mundial de Drogas representa un pilar clave de nuestro apoyo, junto con la asistencia para traducir las obligaciones internacionales en acciones que permitan el fortalecimiento de capacidades sobre el terreno para generar respuestas efectivas y proteger la salud y el bienestar de la población", agregó.
La marihuana fue la sustancia más consumida en 2016, con 192 millones de personas que la usaron al menos una vez durante ese año. El número global de usuarios de marihuana sigue aumentando y parece haberse incrementado en aproximadamente un 16% en la década cumplida hasta 2016, considerando el aumento de la población mundial.
Drogas como la heroína y la cocaína que han estado disponibles por mucho tiempo, coexisten ahora con las Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) y los fármacos recetados. Un creciente flujo de preparados
farmacéuticos de origen incierto que está siendo destinado a uso no médico, así como el consumo y tráfico de poli-drogas, está agregando niveles de complejidad sin precedentes al problema de las drogas.
Vulnerabilidad según grupos de edad y género
El número de personas en todo el mundo que ha consumido drogas al menos una vez en el año se mantuvo estable en 2016, con un registro de alrededor de 275 millones, aproximadamente el 5,6 % de la población mundial entre los 15 y 64 años.
En cuanto a las vulnerabilidades en diversos grupos de edad, el informe señala que los daños asociados al consumo de drogas son mayores en los jóvenes, en comparación con las personas adultas. Las investigaciones sugieren que el periodo de la adolescencia temprana (12-14 años) a la tardía (15-17 años) es de alto riesgo para el inicio del consumo de sustancias psicoactiva, el cual puede alcanzar su pico más alto en la juventud (18-25 años).
La marihuana es una droga comúnmente elegida por los jóvenes. Sin embargo, el consumo de sustancias en esta población difiere de un país a otro y depende de las circunstancias sociales y económicas. Existen dos tipologías extremas del uso de drogas entre jóvenes: drogas utilizadas en la vida nocturna y entornos recreativos; y el uso de inhalantes en niños, niñas y adolescentes que se encuentran en situación de calle y con los cuales hacen frente a circunstancias difíciles.
El consumo de drogas en adultos mayores de 40 años ha aumentado a un ritmo más rápido que en los que son más jóvenes. Aunque hay pocos datos disponibles, el informe sugiere prestar mayor atención a esta población. Las personas que vivieron su adolescencia en un momento en que las drogas eran populares y estaban ampliamente disponibles son más propensas a haberlas probado y posiblemente haber continuado con su consumo.
Aunque se ha prestado poca atención a los trastornos por consumo de drogas en las personas adultas, este grupo poblacional suele presentar múltiples problemas de salud física y mental, haciendo que el tratamiento farmacológico efectivo sea un desafío.
A nivel mundial, las muertes causadas directamente por el uso de sustancias aumentaron en un 60 % entre 2000 y 2015. Las personas mayores de 50 años representaron el 27 % de estos decesos en el año 2000, pero esta cifra aumentó al 39 % en 2015. Alrededor de las tres cuartas partes de las muertes asociadas a trastornos por consumo de drogas entre los mayores de 50 años se encuentran en usuarios de opioides.
La mayoría de personas que consumen drogas son hombres, pero las mujeres presentan patrones específicos en el abuso de sustancias. La prevalencia del uso no médico de opioides y tranquilizantes en mujeres se mantiene a un nivel comparable con el de los hombres, sino mayor. Si bien las mujeres pueden comenzar a consumir sustancias más tarde que los hombres, una vez han iniciado, tienden a aumentar el consumo de alcohol, marihuana, cocaína y opioides más rápidamente que los hombres, generando trastornos.
Las mujeres con desórdenes asociados al consumo de sustancias reportan tener niveles elevados de estrés postraumático, como también haber experimentado adversidades en su niñez como negligencia física, maltrato o abuso sexual. Por cada cinco personas en tratamiento, solo una es mujer. La proporción de mujeres en tratamiento por tranquilizantes y sedantes tiende a ser más alta que por otro tipo de sustancias. Igualmente, el tratamiento por el consumo de drogas y la prevención del VIH deben adaptarse a las necesidades específicas de las mujeres.
El Informe Mundial de Drogas 2018 ofrece una mirada global de la oferta y demanda de opiáceos, cocaína, marihuana, estimulantes de tipo anfetamínico y Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP), así como de su impacto en la salud. El informe señala los diversos patrones del consumo de drogas y las vulnerabilidades en grupos específicos de edad y género, e igualmente aborda las dinámicas del mercado mundial de drogas.