Mujeres trans alzan su voz en comunidades rurales afectadas por las drogas ilícitas

UNODC ha resaltado la necesidad de que los esfuerzos internacionales de fiscalización de drogas tengan en cuenta las cuestiones de género. Esto no solo permitirá avanzar hacia enfoques más inclusivos y equitativos, sino también asegurará un futuro donde todas las voces sean escuchadas y todas las experiencias tengan un papel significativo en la creación de políticas globales.
 
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"Las mujeres deben ser escuchadas, sin importar su sector social o identidad sexual, porque todas somos mujeres", dice Danna.

 

Danna Valentina es originaria de Caquetá, un municipio ubicado en la Amazonía colombiana -una zona donde se cultiva coca-.

Como mujer trans coincide en que las cuestiones de género y los problemas de drogas están vinculados. “Erradicando las drogas, podemos superar los problemas sociales que la comunidad LGBTQ+ enfrenta a diario”, asegura.
Danna es reconocida en su comunidad por el rol de liderazgo que ha asumido en una región donde la violencia y las drogas ilícitas han invisibilizado a las personas con orientación sexual e identidad de género diversas.
Este trabajo le ha permitido recopilar experiencias y testimonios sobre cómo el tráfico de drogas y otros delitos han generado desigualdades históricas. Reconoce que escuchar a las comunidades es una forma de contribuir al desarrollo responsable de políticas inclusivas e integrales que pongan fin a todas las formas de violencia, independientemente del color, raza, género o creencias religiosas.
Durante el 2023, UNODC trabajó junto al Ministerio de Justicia y del Derecho de Colombia en un ejercicio comunitario para la formulación de una nueva política de drogas, el cual contó con la participación de Danna y de cientos de mujeres de diferentes regiones del país. Esto facilitó que el gobierno colombiano incluyera un capítulo completo sobre cuestiones de género relacionadas con el problema de las drogas.