La cooperación, tanto en el plano regional como en el internacional, es crucial para que los delitos más graves que trascienden fronteras y afectan a diversas jurisdicciones no queden impunes. Los delitos relacionados con materiales nucleares u otros materiales radiactivos, dispositivos radiactivos o instalaciones nucleares no son una excepción y para enfrentarlos se necesitan la armonización de la legislación, la asistencia judicial recíproca entre los Estados en relación con las investigaciones y actuaciones judiciales y el intercambio de información pertinente.
El Convenio Internacional para la Represión de los Actos de Terrorismo Nuclear (ICSANT) es un instrumento jurídico clave concebido precisamente para responder a estas necesidades, ya que en él se establece un conjunto de medidas y mecanismos para prevenir y reprimir los delitos radiológicos o nucleares.
En el marco del proyecto relativo al fomento de la universalización y la aplicación efectiva del ICSANT financiado por la Unión Europea y reconociendo la importancia de reunir a las partes interesadas de una misma región, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) celebró varios talleres regionales, el más reciente de los cuales se llevó a cabo en Bangkok los días 21 y 22 de junio de 2023. El evento reunió a 39 participantes de siete países de Asia Sudoriental (Camboya, Filipinas, Indonesia, Malasia, la República Democrática Popular Lao, Tailandia y Viet Nam), así como a dos observadores.
Los participantes, que representaban a diversas instituciones con responsabilidades operacionales, en materia de políticas y de adopción de decisiones, se informaron de las disposiciones fundamentales del ICSANT y los beneficios de la adhesión a este Convenio, así como de sus interrelaciones con otros instrumentos jurídicos internacionales pertinentes en el ámbito de la seguridad nuclear. Recibieron también información sobre la amplia gama de servicios de asistencia técnica y legislativa que ponen a su disposición la UNODC y otras entidades internacionales, y participaron en debates sobre una situación ficticia dirigidos a demostrar las ventajas prácticas derivadas de la aplicación efectiva del Convenio.
La Sra. Marjolijn van Deelen (Enviada Especial del Servicio Europeo de Acción Exterior para la No Proliferación y el Desarme) destacó, en un mensaje enviado por video, que el ICSANT era una piedra angular del orden internacional basado en normas. Afirmó que, desde su creación, había evolucionado hasta convertirse en un instrumento clave que ayudaba a reducir los riesgos vinculados a la proliferación nuclear por parte de actores no estatales y se declaró una orgullosa y profunda defensora del ICSANT y de los numerosos proyectos que sacaban partido de la vasta experiencia acumulada por la UNODC.
A lo largo del evento, los expertos de la UNODC hicieron hincapié en que el carácter transnacional de la amenaza del terrorismo radiológico y nuclear exigía una respuesta unánime y coordinada de la comunidad internacional y de los Estados Miembros y que también planteaba grandes desafíos a los sistemas nacionales de justicia. De hecho, si bien los tribunales nacionales tienen la responsabilidad de juzgar a los autores de delitos, a menudo las actividades que conducen a actos de terrorismo radiológico o nuclear abarcan numerosos países, por lo que la cooperación internacional eficaz en materia penal es esencial para investigar y enjuiciar estos casos.
Participaron en el taller expertos representantes de otras organizaciones internacionales (a saber, el Grupo de Expertos del Comité del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la resolución 1540 (2004), el Organismo Internacional de Energía Atómica, la Organización Internacional de Policía Criminal-INTERPOL, la Oficina de Lucha contra el Terrorismo de las Naciones Unidas y el Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz y el Desarme en Asia y el Pacífico de la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas), así como de la sociedad civil (Nuclear Threat Initiative y Stimson Center). Esta cooperación interinstitucional es una demostración tangible del carácter multidisciplinario de la seguridad nuclear y pone de relieve la importancia de la cooperación para hacer frente a una amenaza (como las que plantean los actos de terrorismo nuclear o radiológico) que no conoce fronteras y que requiere el esfuerzo concertado de la comunidad internacional.