Las y los jóvenes de Norte de Santander habitan territorios que presentan un incremento en los cultivos ilícitos, alta disponibilidad y consumo de drogas, así como posibilidades de ser utilizados por las economías ilícitas, a la vez que conviven con la tensión fronteriza y el enfrentamiento entre grupos armados. Estas situaciones limitan las alternativas para el desarrollo de sus proyectos de vida lícitos, el ejercicio de sus derechos y ciudadanía, su protección y seguridad, y el reconocimiento como agentes de cambio, afectando su participación y su contribución a la comunidad.

Con esta intervención se espera que 300 jóvenes participen en el proceso de formación y repliquen los conocimientos adquiridos a 1.000 jóvenes más. Por otro lado, se busca que 12 iniciativas comunitarias reciban apoyo técnico y financiero para su implementación. Finalmente, se apunta a conformar o fortalecer tres redes locales de protección, integradas por instancias públicas, comunitarias y de la sociedad civil.

El proyecto Impulso Juvenil tiene tres ejes de acción. El primero se enfoca en la formación de jóvenes para la movilización de agendas de incidencia, relacionadas con sus necesidades e intereses. El segundo eje consiste en el apoyo técnico y financiero a iniciativas socioproductivas de colectivos juveniles, relacionadas con la prevención de conductas de riesgo como el consumo de sustancias psicoactivas. El tercer y último eje se orienta al fortalecimiento de la capacidad de instancias públicas, comunitarias y de la sociedad civil para promover la participación e incidencia de los jóvenes.

Jóvenes entre 14 y 28 años que están vinculados a Consejos Municipales de Juventud, plataformas y colectivos juveniles. Así mismo, instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil que trabajan con adolescentes y jóvenes en la ciudad de Cúcuta y el área metropolitana, y los municipios de Tibú y el Tarra en Norte de Santander.