Una vez retirada de las aulas de clase, Doris anhelaba la manera de continuar generando cambios aún más positivos para su comunidad. Fue así como decidió comenzar una nueva carrera como agricultora, cosechando sacha inchi, una semilla que está ganando popularidad en todo el mundo.
También conocida como el 'maní de los incas', el sacha inchi es originario del Amazonas y ha sido cultivado durante siglos por comunidades indígenas.
De las semillas de sacha inchi se pueden extraer muchos productos de alta calidad, como aceite, harina y nueces, lo que le confiere un gran potencial en los mercados nacionales e internacionales. Contiene altos niveles de ácidos grasos omega 3, 6 y 9, además de antioxidantes, vitaminas A y E.
Aunque Doris nunca había cultivado coca, reconoce el programa liderado por UNODC y KOICA como una oportunidad valiosa para combatir los efectos de las economías ilícitas en su comunidad. En la actualidad son 700 familias en Colombia apoyadas por el proyecto, que han establecido en conjunto 490 hectáreas de sacha inchi. El 60 % de estas familias solían cultivar coca.
Doris reconoce la responsabilidad que recae en el ser mujer y dedicarse a la agricultura; sin embargo, su tenacidad y espíritu por enseñar y compartir el conocimiento de lo que aprende cada día, le ha valido la admiración de su comunidad. “Estoy feliz de que me vean al mismo nivel que los hombres porque la vida me ha enseñado que no sólo los hombres o las mujeres pueden progresar individualmente, sino el ser humano en su conjunto”.
Las iniciativas de Desarrollo Alternativo de UNODC han demostrado resultados positivos en la región. Las comunidades participantes han logrado establecer medios de vida sostenibles, mejorando la calidad de vida de sus familias.