La trata de personas es un problema mundial y uno de los delitos más vergonzosos que existen, ya que priva de su dignidad a millones de personas en todo el mundo. Los tratantes engañan a mujeres, hombres y niños de todos los rincones del planeta y los someten diariamente a situaciones de explotación. Si bien la forma más conocida de trata de personas es la explotación sexual, cientos de miles de víctimas también son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.
La explotación de seres humanos puede ser sumamente lucrativa para los grupos delictivos organizados.
Si bien las cifras varían, según una estimación realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2005, alrededor de 2,4 millones de personas son víctimas de la trata en un momento dado, y las ganancias que reporta ese delito ascienden a unos 32.000 millones de dólares por año1. Sin embargo, las estimaciones más recientes sobre las tendencias generales del trabajo forzoso indican que el alcance del problema es mucho mayor. En Europa la trata de personas es uno de los negocios ilícitos más lucrativos, ya que las ganancias obtenidas por lo grupos delictivos ascienden a unos 3.000 millones de dólares por año2, lo que la convierte en una actividad delictiva de gran envergadura de la que son presas las personas más marginadas del mundo.
Los tratantes consideran a las personas meras mercancías, objetos que pueden ser explotados y comerciados para lucrar con ellos. En Europa, la mayoría de las personas condenadas por trata son hombres, si bien la proporción de mujeres que la ejercen es bastante mayor si se compara con las que perpetran otros delitos, ya que algunas pandillas consideran que las mujeres son más eficaces para atrapar víctimas ganando antes su confianza3.
En 2005 la OIT estimó que hay alrededor de 2,4 millones de víctimas de la trata en un momento dado en todo el mundo4. En Europa, más de 140.000 víctimas de explotación sexual se encuentran atrapadas en un círculo vicioso de violencia y degradación, y hasta una de cada siete trabajadoras sexuales viven esclavizadas en la prostitución de resultas de la trata5. Por lo general, mediante engaños o coacción, las redes delictivas organizadas hacen caer a las víctimas en una situación de abuso de la que es difícil escapar; pueden golpearlas o violarlas, o amenazar a su familia si intentan fugarse. Con frecuencia se apoderan de los pasaportes de sus víctimas y de esa forma las privan de toda clase de identificación. En los casos en que estas han sido llevadas a otro país, muchas veces conocen poco o no conocen en absoluto el idioma.
La trata de personas afecta prácticamente a todos los países, ya sea como punto de origen, tránsito o destino, y se ha informado de que en 137 Estados se ha explotado a víctimas de por lo menos 127 países6. La trata de personas es un delito de carácter tanto regional como interno, ya que las víctimas son objeto de trata dentro de su propio país, hacia países vecinos e incluso de un continente a otro. Por ejemplo, en más de 20 países de todo el mundo, entre ellos países de Europa, América, el Oriente Medio, el Asia central y África, se han encontrado víctimas provenientes del Asia oriental7.
La forma más común de trata de personas descubierta por las autoridades nacionales es la perpetrada con fines de explotación sexual. Se calcula que, de todos los casos de trata registrados a nivel mundial en 2006, el 79% correspondió a esa modalidad, en tanto que, al parecer, el 21% restante de las víctimas fue objeto de trata con fines de trabajo forzoso u otras formas de explotación8. Cabe observar, sin embargo, que esas cifras no son definitivas y pueden estar distorsionadas, habida cuenta de la importancia y visibilidad de algunas formas de explotación, en comparación con otras. Por ejemplo, puede ser más fácil descubrir a trabajadoras sexuales que son víctimas de la trata que a trabajadores de granjas o fábricas que han sido objeto de trata. Por otra parte, puede tenerse la impresión errónea de que los hombres no son víctimas de ese delito, lo que distorsiona aún más los coeficientes. Según datos más recientes, ha aumentado el número de casos descubiertos de trata de personas con fines de trabajo forzoso y otras formas de explotación.
A nivel mundial, una de cada cinco víctimas de la trata es un niño, aunque en las regiones y subregiones más pobres, como África y el gran Mekong, son niños la mayoría de las víctimas. Los niños son objeto de trata con fines de mendicidad forzosa, pornografía infantil o explotación sexual. A veces se prefiere a los niños para trabajar porque se considera que sus manos pequeñas son más aptas para desenredar redes de pesca, coser prendas lujosas o cosechar cacao. Los niños también son reclutados por la fuerza como soldados en las zonas de conflicto armado.
Dos terceras partes de las víctimas de la trata de personas de todo el mundo son mujeres9. La gran mayoría de ellas son jóvenes que han sido engañadas con falsas promesas de empleo y después violadas, drogadas, encerradas, golpeadas o amenazadas con actos de violencia, o a las que se han impuesto deudas, se ha despojado de su pasaporte o se ha chantajeado.
Los hombres y los niños varones también son víctimas de la trata de personas con fines de trabajo forzoso, mendicidad forzosa, explotación sexual y reclutamiento forzoso como niños soldados. El porcentaje de casos descubiertos de hombres que han sido víctimas de la trata es desproporcionadamente menor que el de las mujeres por varias razones, entre ellas, el hecho de que, durante muchos años, la legislación pertinente de todo el mundo ha tendido a centrarse en la trata de mujeres y niños, o en la trata con fines de explotación sexual, cuyas víctimas, en su mayoría, son mujeres.
El hecho de que haya muchas clases de trata de personas da lugar a que no exista tampoco un perfil único, típico, de la víctima de ese delito. Hay casos de trata en todo el mundo, y para escoger a las víctimas no se tiene en cuenta el sexo, la edad ni el origen de las personas. Por ejemplo, se lleva a niños de Europa oriental a Europa occidental para obligarlos a mendigar o robar carteras; en cuanto a las jóvenes, por ejemplo, de África, las engañan con la promesa de emplearlas como modelos, o para trabajar au pair, y después se encuentran atrapadas en un mundo de explotación sexual y pornografía; se hacen falsas promesas de trabajo legítimo a muchas mujeres de Asia, lo que en realidad se traduce en virtual confinamiento y abuso, y hombres y mujeres por igual, como los que han sido llevados de América del Sur a América del Norte, pueden verse obligados a trabajar en condiciones deplorables en las granjas.
La trata de personas se combate por diversos medios en los planos nacional e internacional. En 2000 la Asamblea General aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y el Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa esa Convención y que entró en vigor a fines de 2003. En su calidad de único instrumento jurídico internacional que aborda la trata de personas como delito, el Protocolo es el instrumento primordial de que se dispone para prevenir y combatir la trata de personas, proteger y ayudar a las víctimas y promover la cooperación entre los países a fin de hacer frente a ese delito. Si bien hasta junio de 2012 ya había 150 Estados parte en el Protocolo, y pese a que existe un grado considerable de compromiso político, la aplicación del Protocolo por parte de los Estados es aún muy desigual. Hacia fines de 2012 la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) publicará un nuevo informe mundial sobre la trata de personas. A partir de datos suministrados por los Estados Miembros, el informe proporcionará una base para evaluar las nuevas tendencias registradas desde 2009, la última vez que la UNODC reunió datos a nivel mundial, y servirá de orientación para determinar lo que queda por hacer.
A nivel nacional, los países siguen aplicando el Protocolo y procurando incorporar la legislación en materia de trata de personas en su derecho interno. Año tras año también aumenta el número de países que cuentan con legislación pertinente, con dependencias policiales destinadas a combatir la trata y con planes de acción nacionales para hacer frente a ese flagelo. Sin embargo, pese al aumento del número de condenas por el delito de trata, la cantidad aún sigue siendo baja. Para abordar esa cuestión es indispensable lograr una aplicación más efectiva del Protocolo a nivel nacional y una mayor cooperación en los planos regional e internacional.
La lucha contra la trata de personas no debe considerarse solamente responsabilidad de las autoridades. Los ciudadanos comunes pueden ayudar a combatir ese delito siendo conscientes del problema y asegurándose de que la penosa situación de las víctimas no pase inadvertida. Hay muchos modos de ayudar a combatir ese delito y lograr buenos resultados:
Descargo de responsabilidad: La presente publicación es traducción de un texto que no ha pasado por los servicios oficiales de edición. Su contenido no refleja necesariamente la opinión ni las políticas de la UNODC, como tampoco las de las organizaciones contribuyentes, y no implica aprobación alguna. Las denominaciones empleadas y la forma en que aparecen presentados los datos no entrañan, de parte de la UNODC, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o ciudades citados o de sus autoridades, ni respecto del trazado de sus fronteras o límites. |
1 Organización Internacional del Trabajo, Una alianza global contra el trabajo forzoso: informe mundial en el marco del seguimiento de la Declaración de la OIT sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo (Ginebra, OIT, 2005). Figura en http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_norm/@declaration/documents/publication/wcms_081882.pdf.
2 The Globalization of Crime: A Transnational Organized Crime Threat Assessment (publicación de las Naciones Unidas, núm. de venta E.10.IV.6.2010). Figura en http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/tocta/TOCTA_Report_2010_low_res.pdf.
3 Ibíd.
4 Organización Internacional del Trabajo, Una alianza global contra el trabajo forzoso.
5 The Globalization of Crime: A Transnational Organized Crime Threat Assessment.
6 Ibíd.
7 Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Informe mundial sobre la trata de personas (febrero de 2009). Figura en http://www.unodc.org/unodc/en/human-trafficking/global-report-on-trafficking-in-persons.html.
8 The Globalization of Crime: A Transnational Organized Crime Threat Assessment.
9 Informe mundial sobre la trata de personas.