LA JIFE RESALTA LOS RIESGOS Y BENEFICIOS DE LOS PROGRAMAS DE CANNABIS MEDICINAL Y DEL CONSUMO "RECREATIVO" DE CANNABIS
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) presentó en Viena su Informe Anual 2018.
En Lima, el peruano Alberto Otárola Peñaranda, miembro de la JIFE, presentó el informe a un grupo de especialistas convocados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Lima, 5 de marzo de 2019 - El Informe Anual de la JIFE correspondiente a 2018 marca el 50o aniversario de la Junta, y en él se resaltan los problemas nacionales, regionales e internacionales relacionados con las drogas.
Al respecto, el Dr. Alberto Otárola, miembro de la JIFE, señaló que "este Informe es uno de los más completos de los últimos años, pues aborda de manera directa e integral el problema del cannabis y recuerda a los Estados las obligaciones internacionales respecto de su uso."
Según el Informe 2018 de la JIFE, existe preocupación por el consumo de cannabis y cannabinoides con fines medicinales en el marco de programas mal reglamentados y contrarios a los tratados, lo que aumenta el riesgo de desviación del cannabis hacia usos no médicos, ya que hacen que el cannabis esté más disponible. "Según lo estipulado por la Convención de 1961, su uso solo puede ser destinado a fines médicos y científicos" - señaló Otárola.
La JIFE reitera que los Gobiernos que permiten el uso de cannabinoides con fines médicos deben mantener el control de la producción y la oferta de cannabis para uso médico y velar por que los cannabinoides medicinales se usen bajo supervisión médica.
AMÉRICA DEL SUR
El Informe anual de la JIFE aborda también los aspectos más destacados por regiones.
Alberto Otárola indicó que "en lo que concierne a las Américas, el Informe 2018 aborda el preocupante incremento de muertes (más de 70 mil personas) en los Estados Unidos por la llamada ́crisis de los opioides ́. Igualmente se confirma que en Centroamérica se ha incrementado el trasvase de sustancias ilícitas con destino final a Estados Unidos y Europa. En el caso de América del Sur, la JIFE lamenta el incremento de la superficie cocalera en Colombia, a 171,000 ha; pero también celebra el inicio de un agresivo programa de desarrollo alternativo integral y sostenible, que el gobierno, con la colaboración de UNODC, viene impulsando en este país."
En Colombia, el cultivo del arbusto de coca y la fabricación de cocaína alcanzaron un máximo histórico, con un incremento en 2017 de un 17 % y un 31 % respectivamente.
En los últimos años varios países de la región han adoptado medidas para legalizar el cannabis con fines médicos. Durante el período que se examina los Gobiernos del Paraguay y del Perú adoptaron medidas encaminadas a aprobar leyes por las que se permitiría el consumo médico del cannabis y sus derivados.
Además, el Informe Anual de la JIFE correspondiente a 2018 incluye el suplemento Progresos en lo que respecta a garantizar el acceso adecuado a sustancias sujetas a fiscalización internacional para fines médicos y científicos, así como Informe de la JIFE sobre Precursores.