UNODC EN BOLIVIA
Drogas, delito y terrorismo: amenazas para la seguridad humana y la justicia
En un mundo globalizado ningún país está libre de las amenazas emergentes y relacionadas con la producción y el tráfico de drogas, el crimen organizado, la corrupción y el terrorismo. Estas formas de "comportamiento incivilizado" representan una serie de amenazas para la seguridad humana, la economía global, nacional, local y también para el sistema judicial y la gobernabilidad. Y lo son porque socavan la cohesión social e impiden la eficiente inversión de los recursos, obstaculizando el desarrollo social, económico, cultural y político del país.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) tiene el objetivo de reducir las drogas ilícitas y la delincuencia en el mundo. La UNODC hace frente a esa "sociedad incivilizada" apoyando a los Estados Miembros con asistencia técnica, asesoramiento jurídico e investigaciones. También ayuda a los países a aplicar los dispositivos de los instrumentos jurídicos internacionales relativos a las drogas, la delincuencia transnacional, la corrupción y el terrorismo.
La UNODC está presente en Bolivia con un programa de cooperación técnica desde 1985. Inicialmente apoyó en la búsqueda de una solución al cultivo de coca destinado a la producción de cocaína. En ese sentido, el programa dio un fuerte impulso al desarrollo sostenible, tanto en los Yungas de La Paz como en el Trópico de Cochabamba y paralelamente a la prevención del consumo de drogas. Luego a partir de 2007, extendió su accionar hacia nuevos retos como la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de las capacidades del Estado, especialmente de los operadores de justicia. Esto con el fin de mejorar la investigación y persecución judicial en los casos de delincuencia organizada y delitos conexos, como son la trata de personas, el tráfico ilícito de armas y el lavado de activos.