Cuando degustar un helado ayuda a la rehabilitación y reinserción social de drogodependientes
La Paz, 18 de mayo de 2017 (Naciones Unidas).- Al saborear un rico helado, puedes estar apoyando a la rehabilitación y reintegración familiar y sociolaboral de personas con dependencia a drogas lícitas e ilícitas. Éste es el caso de la Heladería "Gigibontà-Rinascimento", un emprendimiento comercial y social, cuyas ganancias son invertidas en las actividades de reducción de consumos adictivos y de los demás proyectos que realiza la Comunidad Papa Juan XXIII.
La Representante Legal de la Comunidad Papa Juan XXIII, Hna. Lorella Brusa, describió el trabajo de las personas con consumos adictivos en la Heladería "Gigibontà-Rinascimento" como una parte importante de su reintegración social, como una "escuela de trabajadores". "Aprenden, entre otros, a hacerse responsables, respetar horarios, manejar dinero, estar en contacto con clientes, encargarse de una empresa comercial y brindar productos de alta calidad, tanto en el servicio como en los helados que venden", manifestó.
Con el propósito de compartir parte de los éxitos de la Comunidad Papa Juan XXIII, el Representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por su sigla en inglés), Antonino De Leo, acompañado por Geovanna Heinrich, Coordinadora del Proyecto de Reducción de la Demanda del Consumo de Drogas en los Países Andinos (PREDEM), financiado por la Unión Europea, sostuvieron una amena entrevista con la Hna. Brusa.
La mayoría de las personas en proceso de rehabilitación tienen miedo a otras personas, miedo de reinsertarse en la sociedad y "Gigibontà-Rinascimento" representa el pasaje a una oportunidad de convivencia abierta a la sociedad, donde desarrollarán sus proyectos de vida desde un medio en el que han estado protegidos durante su tratamiento-rehabilitación. "Es una etapa de prueba, donde la persona se conoce a sí misma y pone en práctica los aprendizajes obtenidos en los meses anteriores", relató Brusa.
De Leo sostuvo que en muchas sociedades aún no se reconoce que la drogodependencia es un problema de salud, y un importante porcentaje de personas afectadas son estigmatizadas y carecen de acceso a servicios de tratamiento y atención integral. "La Heladería Gigibontà-Rinascimento es un noble emprendimiento y un gran ejemplo de rehabilitación y reinserción social de drogodependientes que se está realizando de manera eficaz en La Paz", afirmó.
Brusa explicó que "Rinascimento nos da a entender el renacer a la vida, brindando una nueva oportunidad a quien la perdió, dando dignidad a las personas que están luchando por su propia vida, ser voz de quienes no tienen voz" y precisó que la Heladería fue creada en 2005, es autosostenible y sustenta también los otros proyectos de la Comunidad Papa Juan XXIII. Indicó que las personas en fase de reintegración, además de las enseñanzas de gestión empresarial, reciben un estipendio que les enseña a priorizar sus gastos. "Algunos quieren comprarse un celular y luego entienden que es más importante invertir en su salud, por ejemplo", relató.
Además de la posibilidad de degustar los helados, hechos con esencias importadas desde Italia y otros insumos frescos como fruta, leche y azúcar nacionales (sin conservantes ni colorantes), los clientes, que probablemente desconocen el desgaste físico, psicológico, familiar y social que provoca el consumo de drogas, coadyuvan en el cambio de vida de personas que integran uno de los grupos de mayor vulnerabilidad.
La Heladería Gigibontà es un proyecto internacional con otras 10 heladerías que actualmente se encuentran ubicadas en Sierra Leone, Zambia y Chile con los mismos objetivos, donde está presente la Comunidad Papa Juan XXIII.
El modelo terapéutico
La Comunidad Papa Juan XXIII es reconocida como ente eclesiástico de Derecho Pontificio para el apoyo de personas con necesidad. Esta asociación italiana fue fundada por el padre Oreste Benzi en 1968 y está presente en Bolivia desde el año 2000. En la gestión 2015 con el apoyo del PREDEM implementó un modelo terapéutico integral dirigido a la prevención del consumo de drogas de varones de 18 a 50 años. Este modelo está integrado por cuatro fases: Acogida, tratamiento, rehabilitación y reintegración social.
La fase de acogida tiene lugar en el Centro de Tratamiento para Personas Drogodependientes "San Vicente" (zona de Tembladerani, en la ciudad de La Paz). Consiste principalmente de entrevistas motivacionales que refuerzan la decisión del interesado en dejar la droga, en un ambiente de calidez y eficiencia.
Las fases de tratamiento, rehabilitación y reintegración social se desarrollan en la Comunidad Terapéutica Santa Aquilina, ubicada en la zona de Lipari, municipio de Mecapaca de La Paz, con el apoyo de profesionales en psicología, trabajo social y operadores terapéuticos. En la fase de tratamiento, se profundiza en las causas personales de la adicción; en la siguiente fase, en el entorno social, la afectividad y las relaciones familiares; y, en la última, en la planificación del proyecto de vida y la recuperación de la persona como ciudadano sujeto de derechos, en el sentido de asumir la responsabilidad sobre su propia vida, así como como la recuperación de la autonomía y la capacidad para tomar decisiones.
En Alto Beni, se desarrolla un proyecto alternativo donde el tratamiento-rehabilitación está enfocado en la parte laboral, espiritual y de convivencia con la naturaleza, permitiéndoles tener una experiencia diferente porque se encuentran lejos de la ciudad y les da la oportunidad de encontrarse a ellos mismos.
El Representante de la UNODC en Bolivia destacó el emprendimiento comercial porque a la vez es parte de la última fase de la reinserción social de personas con consumos adictivos.
Lorella Brusa informó que el apoyo de la UNODC, gracias al financiamiento de la Unión Europea, entre mayo de 2014 y mayo de 2015, consistió en la ampliación y mejoras en las instalaciones de los Centros San Vicente, Santa Aquilina y Alto Beni, así como la compra de equipamiento y el apoyo técnico en la implementación del modelo de tratamiento, rehabilitación y reintegración. En el mencionado periodo, 150 varones entre 18 a 55 años participaron del Programa de reintegración sociolaboral de personas con consumos adictivos.
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Tríptico de la Heladería Gigibontà-Rinascimento