Ciudad de México - En la Ciudad de México, las personas privadas de la libertad consumen aproximadamente nueve litros de agua por minuto al ducharse. Cada descarga de un inodoro utiliza al menos seis litros de agua. Además, esta es necesaria para lavar platos, ropa, limpiar los pisos de los dormitorios y regar plantas que abastecen las cocinas penitenciarias.
Cada día, un centro penitenciario consume miles de litros de agua, generando altos costos ambientales y financieros. Muchas instituciones en el mundo optan por permitir el deterioro de las condiciones en sus instalaciones, pero en la Ciudad de México, con el apoyo de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), las autoridades penitenciarias han encontrado una alternativa que beneficia las finanzas públicas, el medio ambiente y las oportunidades laborales de las personas privadas de la libertad: la captación de agua pluvial.
Mejores condiciones y un futuro más prometedor
En julio de 2022, UNODC instaló un sistema de captación de agua pluvial en el Centro de Ejecución de Sanciones Penales Varonil Norte. Este sistema proporciona agua limpia para múltiples usos, como la limpieza de instalaciones, duchas, lavado de ropa y riego de plantas. Debido a que la Ciudad de México se encuentra en una zona semiárida, la recolección y uso eficiente del agua es especialmente relevante para hacer frente a las frecuentes carencias del recurso.
El impacto no terminó ahí. La instalación fue el punto de partida para un programa de capacitación, dirigido a personas privadas de la libertad y al personal penitenciario, sobre los beneficios sociales, económicos y ambientales de los sistemas de captación de agua pluvial en entornos urbanos. Este programa se llevó a cabo en colaboración con el Área de Trabajo Penitenciario de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México. Todos los participantes obtuvieron una certificación como instaladores calificados de estos sistemas, abriéndoles nuevas oportunidades de empleo tras su liberación.
“Aprender a instalar estos sistemas es una nueva forma de ganarme la vida y también de crecer como persona”, comentó Matías[1]*, uno de los participantes. “Ahora puedo demostrar que tengo experiencia y certificación en este campo cuando busque empleo en el futuro”.
Armando, otro participante, ahora opera y mantiene el sistema de captación. Señala que la capacitación y sus nuevas responsabilidades lo ayudan a verse como una persona productiva y a planear un futuro tras su liberación: desea ayudar a comunidades que enfrentan escasez de agua.
Un panorama más amplio
La reinserción social es un pilar del trabajo de UNODC en reforma penitenciaria. Brindar oportunidades de capacitación y reinserción no solo ayuda a reducir la reincidencia delictiva, sino que también promueve un cambio positivo en las personas privadas de la libertad.
El curso también incrementó la conciencia de los participantes sobre la crisis climática y la importancia de conservar el agua. “Este curso me ayudó a entender la importancia del uso racional del agua. Es vital que también seamos agentes de cambio climático”, expresó Brenda Martínez, oficial penitenciaria y participante del programa.
Más allá de los objetivos iniciales, la capacitación tuvo efectos secundarios positivos. “Nunca había asistido a un curso como este”, mencionó Santiago, quien al ingresar a prisión tenía baja autoestima. “Me di cuenta de que tengo más habilidades de las que pensaba”.
Resiliencia climática en cárceles: un enfoque prioritario
Para que las prisiones logren reinsertar a las personas privadas de la libertad, es fundamental garantizar condiciones adecuadas y oportunidades de laborales. Estas condiciones mínimas, junto con aspectos como la atención médica, la seguridad y el trato humano, están establecidas en las Reglas Nelson Mandela. UNODC, como guardián de estas reglas, trabaja en más de 50 países para apoyar su implementación práctica.
Sin embargo, la crisis climática pone en riesgo estas condiciones mínimas. Los fenómenos extremos, como olas de calor y sequías, son cada vez más frecuentes, afectando desproporcionadamente a quienes están privados de su libertad, quienes tienen menos capacidad para enfrentar estas situaciones.
“Las personas en prisión no tienen escapatoria frente a las condiciones climáticas extremas y los desastres naturales, y son profundamente afectadas por las interrupciones relacionadas, como el aumento de precios y la escasez de alimentos y energía”, señaló Ghada Waly, Directora Ejecutiva de UNODC, en el pasado Día de Nelson Mandela.
Por ello, UNODC ha priorizado la resiliencia climática en los sistemas penitenciarios, con el objetivo de equipar a estas instituciones con estrategias concretas de preparación y mitigación frente a las alteraciones climáticas, mientras fomenta la adopción de prácticas ecológicas que apoyen la reinserción social.
Más allá de una iniciativa aislada
La captación de agua no es la única iniciativa en México. En el mismo año, UNODC organizó talleres sobre sistemas de calentamiento solar de agua en el Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla. Estas capacitaciones, avaladas por el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER), permitieron que todas las participantes obtuvieran certificación oficial.
Actualmente, las personas certificadas planean instalar paneles solares en áreas del centro donde viven niños con sus madres, mejorando sus condiciones de vida, fortaleciendo la resiliencia climática y brindándoles herramientas útiles para su reinserción social.
Por su parte, Emiliano*, participante del programa en el Centro Varonil, expresó: “Con esta certificación podremos ampliar nuestras opciones laborales al salir. Podré tener un trabajo o un negocio que contribuya a detener el cambio climático”.
Reforma penitenciaria y cambio climático
El trato a las personas privadas de la libertad es clave para la seguridad comunitaria y la protección de los derechos humanos. UNODC colabora con más de 50 países para promover medidas alternativas a la prisión, mejorar la gestión y condiciones carcelarias, y apoyar la reinserción social.