En una ciudad lejana, Maca encuentra una pequeña escultura de madera en una casa de empeño. La compró sin preguntar por los documentos de origen, pues tenía prisa por tomar el camión de regreso al poblado donde trabajaba como profesora.
Tiempo después, Maca conoció a Lupita, secretaria de la escuela donde trabajaba y se volvieron muy amigas. Lupita le contó con tristeza que un grupo de la delincuencia organizada había saqueado el museo local de su pueblo, y, entre las pérdidas se encontraba una pequeña escultura que tenía un significado histórico, religioso y cultural muy importante para su comunidad.
La profunda tristeza e indignación de Lupita no se debía al valor económico de la escultura, sino por lo que ésta significa para su memoria, su legado y su identidad.
Los bienes culturales forman parte del patrimonio común de la humanidad. Son un testimonio tan singular de identidad de los pueblos, que la importancia de protegerlos se ha subrayado en varios instrumentos internacionales. Sin embargo, los grupos delictivos organizados participan cada vez más en el tráfico de bienes culturales, tanto a través de mercados legítimos, como en mercados clandestinos. Preservar nuestro patrimonio, es también cuidar la seguridad global.
¡Actúa ahora para detener el tráfico ilícito de bienes culturales!
#ProtegeTuLegado
La UNESCO y UNODC han desarrollado múltiples instrumentos internacionales para prevenir, abordar y combatir el tráfico ilícito de bienes culturales. Por ejemplo, la Convención de la UNESCO de 1970 de la que forman parte 141 Estados Miembro, impulsa políticas públicas y acciones que protejan los bienes culturales, incluido el patrimonio cultural.
Mientras que la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada de la UNODC tiene un enorme potencial para hacer frente a los delitos relacionados con el tráfico de bienes culturales cuando son cometidos por grupos delictivos organizados. Muchas de las disposiciones son pertinentes para el delito transnacional de tráfico de bienes culturales y, a su vez, muchas de sus disposiciones facultan a los Estados Parte para unirse contra la delincuencia transnacional con el fin de proteger su patrimonio cultural común.
En el periodo de sesiones de 2009 de la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal de la ONU, se realizó una reunión de un grupo de expertos quienes formularon una lista de verificación para las leyes nacionales, a partir de recomendaciones jurídicas y prácticas. Para 2014, la Asamblea General de la ONU adoptó las Directrices Internacionales sobre las Respuestas de Prevención del Delito y Justicia Penal al Tráfico de Bienes Culturales y Otros Delitos Conexos, ofreciendo una nueva herramienta a la comunidad internacional para revisar y reforzar sus respuestas a esta forma de delincuencia.
Sin embargo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reconoció formalmente en 2017 (Resolución 2347) la relación entre las amenazas al patrimonio cultural con el crimen organizado y la seguridad nacional, así como la responsabilidad de la comunidad internacional de protegerlo. Lo cual fortalecía lo expuesto en las resoluciones 1483 de 2003, así como 2199 y 2253 de 2015, que ya abordaban ese tipo de relaciones con otros delitos transnacionales.
En la Declaración final de la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo (MONDIACULT), realizada en la Ciudad de México en 2022, se reconoció el incremento del tráfico ilícito de bienes culturales a nivel mundial y se resaltó la necesidad de un compromiso internacional para combatirlo. Entre las acciones señaladas se insta a impulsar la sensibilización de la población sobre dicho delito, sus implicaciones y repercusiones.
La UNESCO ha desarrollado instrumentos jurídicos de referencia para impulsar políticas públicas, como la Convención de 1970 sobre la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales, de la que forman parte 141 Estados Miembro. Mundialmente ha apoyado el desarrollo de más de 3,000 textos de leyes sobre patrimonio cultural nacional y ha beneficiado a más de 1,500 profesionales en talleres especializados. Genera y pone a disposición diferentes guías y cajas de herramientas para actores judiciales, agentes del orden y actores clave, incluidos museos y galerías privadas. Asimismo, promueve diálogos abiertos e inclusivos multi-actor para impulsar el retorno y restitución de bienes culturales. En la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible (MONDIACULT), de 2022 en la Ciudad de México, 150 Estados Miembro aprobaron una Declaración Histórica que reconoce la cultura como un bien público mundial, lo cual implica que su plena administración y acceso requiere de la cooperación internacional y que sus afectaciones impactan a toda la humanidad, remarcando también la urgencia de actuar colectivamente en la lucha contra el tráfico ilícito de los bienes culturales.