UNODC y Ministerio de Justicia presentan investigación sobre narcotráfico en Colombia
El economista e investigador Ricardo Rocha presentó la publicación "Las Nuevas Dimensiones del Narcotráfico en Colombia", la cual fue cofinanciada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Ministerio de Justicia y el Derecho.
Este libro es una actualización de la investigación realizada por el mismo autor en el año 2000 titulada "La Economía Colombiana tras 25 años de narcotráfico".
En la presentación del libro estuvieron presentes el Viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa, Jorge Fernando Perdomo Torres; el Director de la Unidad Administrativa especial para la Consolidación Territorial, Álvaro Balcázar; y el Representante de UNODC en Colombia, Aldo Lale-Demoz.
Esta investigación analiza las dinámicas espaciales, económicas y medioambientales de las actividades ilícitas relacionadas con la producción y comercialización de drogas en la economía colombiana.
Entre las principales conclusiones de la investigación se encuentran:
• La inserción de Colombia en el narcotráfico ominosamente persistiría en el mediano plazo, pues a pesar de la caída en la producción exportable de cocaína, en el mercado internacional persiste la ventaja comparativa para la oferta y la demanda se ha reacomodado.
• El área de coca detectada en 2009 equivalía al 0,1% del territorio nacional, pero su dispersión y movilidad afectarían una décima parte.
• La coca habría contribuido con cerca de 800 mil hectáreas de bosque talado desde 1981 y con una quinta parte de la deforestación ocurrida en Colombia en el siglo XXI.
• La coca es una fuente de ingresos que hace vulnerable a una población estimada en 180 mil familias, las cuales en su mayoría no alcanzan a consumir el mínimo vital.
• El efecto globo o balón obedece al nexo entre la vulnerabilidad a la coca y la colonización. Exacerbado por las condiciones ambientales, la vulnerabilidad de la población a sembrar coca y la dotación de infraestructura vial. Mitigado por las diferentes políticas a pesar de su precaria articulación.
• Hasta el momento, el narcotráfico ha mostrado un dilatado y pronunciado declive en términos macroeconómicos. Siguiendo la metodología de la contabilidad del valor agregado, la contribución del narcotráfico al PIB habría declinado de 0,8 % en 1999 a 0,3% en 2009.
• La suma del valor agregado y de la repatriación de utilidades daría promedios de 2,8% y 0,7% del PIB para la primera y segunda mitad de la primera década del siglo XXI.
• Al menos la mitad de las utilidades habrían tenido cabida en el mercado paralelo de divisas y por consiguiente, esta limitada capacidad de absorción también explica el rezago de sus perturbadores efectos.
• Las externalidades negativas del narcotráfico aumentaron durante su declive económico, porque las sucesivas mutaciones como carteles, grupos armados ilegales, bandas criminales y pandillas, trajeron mayor fragmentación y degradación de la pugna competitiva.
• Durante la última década, dada la conexión pobreza-criminalidad-crecimiento la reducción del narcotráfico facilitó una expansión de la economía equivalente al 3,5% en el PIB, permitiendo aprovechar la internacionalización, el fortalecimiento institucional y el progreso en la educación.
• La lucha contra los carteles exportadores demandó de fortalecimiento institucional y de capacidades para enfrentar el crimen organizado y su naturaleza trasnacional. El narcotráfico como trasfondo del conflicto armado llevó a insertar la política antidroga dentro de la estrategia de desarrollo, invocando la corresponsabilidad internacional.
• Ahora, la estrategia está buscando sinergias de las integralidad entre diferentes políticas, así como la consolidación de resultados. De hecho, una simulación de lo anterior con datos para 2000-2007, si se hubiere dado una escalada simultánea en los diferentes componentes de política, en una mayor proporción se habría reducido el área de coca.
• De esta manera, así como en el pasado el narcotráfico ha comprometido la potencialidad y la sostenibilidad del crecimiento y del bienestar en Colombia, aún constituye una sombra para su futuro.