"Somos víctimas de la demanda de drogas de otros países" Entrevista otorgada por el Representante de la UNODC

La Razón, Bolivia - El representante de la ONUDD en Bolivia reconoce que el Gobierno logró resultados en la erradicación de cultivos de coca y la interdicción al narcotráfico. Sin embargo, pide no bajar la guardia sobre todo en la producción excedentaria de cocales. Defiende a los países andinos productores de hoja milenaria porque dice no son los culpables de la demanda del consumo.

¿Cómo ha observado la ONU, este año, el problema del narcotráfico en Bolivia?
Vemos que en el país hay más cocaína de lo que realmente tiene capacidad de producir. Se puede estar produciendo más, pero transita mayor cantidad desde otros países, a través de Bolivia, con destino a otros mercados en Sudamérica y con el objetivo mayor de llegar a Europa.

¿Hay nuevas rutas del narcotráfico en Bolivia?
Los traficantes tratan de llegar a los mercados, de maximizar sus beneficios, de aprovechar las oportunidades y lo que antes era una región intocable donde nadie se ocupaba, como lo eran nuestras regiones amazónicas tan remotas y agrestes en Perú, Bolivia y Colombia, ahora es una vía para traficar no sólo drogas, sino todo tipo de bienes ilícitos como madera, oro, precursores químicos, pasta base de cocaína, droga terminada, etc. Ésa es una complicación y el crimen organizado, con mucho dinero, tiene la última tecnología para atravesar esas regiones sin mayor inconveniente.


¿Habrá que tener mayor cuidado en esas regiones?
Debe ser una iniciativa de todos los países, no sólo una iniciativa aislada de un gobierno. (Debe haber) una mayor coordinación entre los países de la zona que tienen límites porque si uno fortalece una parte y el otro no la tiene fortalecida, de nada sirve. Debe haber un mayor intercambio de información de Inteligencia. Incluso se podría ver algún tipo de monitoreo satelital. Si hay poblaciones olvidadas en esas regiones, atenderlas porque son los más vulnerables y la mano de obra barata para los criminales. Cuando están expuestos al crimen transnacional organizado, las poblaciones son utilizadas, usan a las mujeres, niños y ancianos.

¿El actual Gobierno cómo ha encarado sus políticas para evitar el tráfico de drogas hacia otros países?
Quiero ser bien sincero en esto. El problema de la droga no es de Bolivia, ni Perú ni Colombia. La demanda viene de otros mercados como Norteamérica, Europa y últimamente el Medio Oriente y Asia, que están interesados en consumir esta sustancia ilegal. En realidad, nuestros países son víctimas de esta situación. Somos países que tenemos una agenda social y de desarrollo bastante recargada. Tenemos que atender a nuestras poblaciones con una gran cantidad de necesidades. Pero adicionalmente a esto, viene el tema del narcotráfico. Y me parece totalmente injusto de que un país como Bolivia, tenga que destinar parte de su presupuesto a helicópteros, interdicción, temas de alta inteligencia o a armar a las fuerzas policiales. Ese dinero sale de la misma cartera para atender las necesidades del país, como hacer hospitales, carreteras, escuelas, bonos a las poblaciones más necesitadas y una serie de compromisos. No es dinero nuevo. El país tiene que dejar de hacer inversiones tan importantes para su gente para proteger que la droga salga para envenenar a gente de otras latitudes.

¿Pero hay responsabilidad en los países productores?
Claro que es una responsabilidad, pero no tiene que achacarse  sólo a Bolivia, Perú o Colombia de manera absoluta. Todos tienen que tomar cartas en el asunto, especialmente los países consumidores. Se trata de una responsabilidad compartida que ya se la ha discutido en la Comisión de las Naciones Unidas Contra los Estupefacientes y queda claro que no se puede estigmatizar a los países que producen y de tránsito. En muchas formas, somos víctimas de la demanda del consumo de drogas de otros países. Nuestros países pagan con su sangre el hecho de ser productores o centros de tráfico de las drogas.

¿En qué sentido?
Sólo en nuestra América, vemos lo que ha pasado en Colombia con el narcoterrorismo, en el Perú con Sendero Luminoso o lo que pasa en Centroamérica o México, que son países que están siendo victimizadas porque hay una demanda insaciable que quiere realmente estar segura de que llega la droga a tiempo de la mejor calidad y al mejor precio.

¿Tendrá la razón entonces el Gobierno, en pedir a los países consumidores que ejecuten una política contra el consumo de la droga?
Avalo plenamente esa propuesta. Una de mis labores es tratar de involucrar a todos los países conocidos por su población consumidora, para que apoyen económicamente a los esfuerzos de nuestros países. No se puede ver de una manera aislada porque esta batalla no la va a ganar uno solo. Pero tanto la ONU, la JIFE (Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes) y todos los que trabajamos en esto, tenemos la responsabilidad moral con los países que producen que se tiene que buscar una salida.

¿Será que existen las condiciones para luchar contra el narcotráfico en la región?
En nuestros países, sea como sea, existen autoridades elegidas por el pueblo, son países democráticos y con instituciones y, por más débiles que puedan ser o no, estamos en mucha mejor situación que otras partes del mundo para combatir el tema de las drogas. Además, es un clamor de nuestra población.

¿Se ha tenido algún apoyo en la Mesa de Donantes para lograr los objetivos contra el narcotráfico en Bolivia?
La Mesa de Donantes se realizó el 13 de octubre en Bruselas y tuvimos mucho apoyo. Fue una estrategia para volver a posesionar la ONUDD y fortalecer su presencia en Bolivia. Con el Programa PAIS, presentamos 12 proyectos referidos a programas antidrogas, desarrollo alternativo, monitoreo de cultivos de coca, así como capacitación en temas anticorrupción, antitráfico de personas, acciones contra el crimen organizado transnacional, investigación y prevención del abuso del consumo de drogas en Bolivia. Es un plan para seis años y cuenta con una cifra referencial de 47 millones de dólares.

¿Qué se logró?
Varios países han expresado interés de apoyarnos como España, Francia, Alemania, Austria, Dinamarca, Inglaterra, EEUU, hasta la Unión Europea y estamos en buenas conversaciones con Brasil que quiere jugar un rol importante. No se puede decir el monto porque todavía estamos en proceso de negociación. Será una cifra importante, pero no archimillonaria.

El Gobierno espera que para el próximo monitoreo, que ustedes realizarán a mediados del 2011, se observe una erradicación neta de cultivos de hoja de coca. ¿Qué esperan ustedes?
Eso es lo que todos quisiéramos. Sé que el Gobierno está trabajando con empeño en hacer estas reducciones, no sólo en la racionalización de las zonas excedentarias, sino también en los parques nacionales que es lo que nos preocupa. El reporte de este año va a ser decisivo porque ahí realmente nos va a dar la proyección real de lo que está pasando en Bolivia. Tenemos cuatro años de aumento consecutivo, pero con cifras módicas. Esa fue la tendencia. Habría que ver lo que pasa el 2011, porque es decisivo para posicionarnos realmente. Esperemos que esto también se traduzca en las campañas de erradicación. De nada ganamos con erradicar miles de hectáreas, si en el país creció más. Queremos que haya un manejo dual, de que, por un lado, se ejecute una erradicación neta fuerte y que haya, a la vez, un decrecimiento real de los cultivos.

¿Qué pasará si se incrementa?
Si hubiera un aumento, habrá que revisar todo lo que se está haciendo. Tomar las medidas correctivas para continuar con pie firme. Si es que hay una reducción, quiere decir que estamos por el buen camino. No habrá que dormirse en los laureles, sino continuar a pie firme en ese camino. Pero no es que simplemente erradicar y quemar cocales. Eso es el principio de otro problema. A los afectados habrá que darles opciones de vida, facilidades para créditos, para que puedan tener otros cultivos que sean rentables que les dé oportunidades y que sea una inversión a largo plazo. Pero además, que existan vías de comunicación, que hagan carreteras, políticas de apoyo de mercadeo y que se abran mercados, no tanto del extranjero, sino en el mercado interno